Iris Mbulito se convirtió con 14 años en la debutante más joven de la liga femenina de baloncesto, pero tuvo que dejar las canchas a los 22 por motivos de salud mental. "Cuando me fui a EEUU, yo misma me ponía presión entrenando, jugando me ponía unas expectativas y, al no conseguirlas, me ponía más presión de la que debería y eso me causaba ansiedad y desembocó en una depresión".

La jugadora cuenta que no era capaz de dormir bien y confiesa que pensar en el entrenamiento la ponía nerviosa y no quería entrenar, ni estar al lado de una pelota de baloncesto. "Lo pasé bastante mal", expresa, y explica que dejó de jugar un año y medio porque ya no tenía pasión por este deporte: "Llegué a odiar el baloncesto, necesitaba desconectar".

Así que decidió publicar un mensaje en sus redes sociales comunicando a sus seguidores lo que le ocurría. "Decidí compartirlo porque la gente que me seguía merecía saber el por qué. Cuando compartes, siempre se puede ayudar a alguien", destaca, y reconoce que tuvo miedo al qué dirán antes de hacerlo público, pero indica que recibió muchos mensajes de cariño. "Me ayudó a darme cuenta de que el mundo no se acaba y la vida continúa", subraya.