Cristina Gallego lamenta la muerte de Silvio Berlusconi y se pregunta "por qué siempre se van los mejores". La colaboradora señala que se ha ido "un símbolo, un líder histórico" y cree que "deberían hacerle un monumento, aunque tardarían mucho, llevaba más pintura que la Capilla Sixtina".

Gallego apunta sus amigos, Aznar, Putin, Bush y Obama, nunca le olvidarán y asegura que "lo tenía todo, era un galán, un verdadero señor y, sobre todo, un hombre generosísimo", dice, pues indica que además de dar incentivos a los jugadores su equipo de fútbol "también daba primas".

Además, destaca que era un hombre muy familiar, tenía cinco hijos y 17 nietos y aún así "le sobraba cariño para la familia de los demás", aunque "no era fácil ser Silvio", subraya, pues señala que todo el mundo ha sido injusto con él: "La gente va diciendo que era un viejo verde, que le gustaban todas, no es verdad. Merkel le daba bastante igual, la dejó plantada en un aniversario de la OTAN mientras hablaba por teléfono".