Thais Villas visita un barrio rico y un barrio obrero para comprobar de qué manera abordan en una y otra zona la cuestión de la vivienda. En el rico ha podido hablar con una chica que le explica que se fue de casa de sus padres a los 18 años, cuando se fue a estudiar fuera, a los 21 ya era totalmente independiente y a los 26 ya se pudo hipotecar con su piso: "Yo sé que es un privilegio, soy privilegiada", afirma. Esto contrasta con lo que le cuenta otra mujer de un barrio obrero, que recuerda que se emancipó a los 30 "porque no tenía un trabajo suficientemente remunerado".

Un joven de barrio rico asegura a Thais que no se ha planteado salir de casa de sus padres porque "con ellos vivo muy bien" y "creo que estoy en una edad que prefiero hacer hucha". Mientras tanto, en el barrio obrero otro chico afirma que no se ha emancipado todavía por la dificultad de encontrar un empleo estable y la subida de los precios del alquiler: "Si el mínimo es 600 euros sin amueblar, es imposible mantenerlo en el tiempo", comenta.

Respecto a si reciben ayuda económica de sus padres, en el barrio rico una chica asegura que "para algún capricho de algún viaje sí he necesitado su ayuda". También con la reforma de su piso, aunque asegura que "le voy devolviendo el dinero mes a mes, se lo voy a devolver durante 15 años". Mientras, en el barrio obrero una mujer afirma que su madre le echa una mano con la factura del móvil y algún gasto extraordinario, pero ningún capricho: "Llevo sin ver el mar desde antes de la pandemia", sentencia.