Hoy, Día Internacional contra el Acoso Escolar, Andrea Ropero conversa con Blue Rodríguez, una persona no binaria que fue víctima de bullying en el colegio. Aunque todavía arrastra secuelas de aquella terrible experiencia, a sus 23 años ha logrado que todo aquello sirva a otros estudiantes como apoyo y referencia.

"El principal proceso de acoso que yo sufrí fue en primaria y fue en torno a quinto y sexto", explica Blue en el vídeo sobre estas líneas, donde afirma que en ese tiempo "hubo dos chavales que me daban una colleja al entrar, estuviera el profesor delante o no". "Llegaron a jugar al baloncesto con mi bocadillo, a perseguirme para pegarme como parte de un juego que acaba conmigo en el suelo porque me daban una patada en la entrepierna", comenta este joven, que asegura que el "supuesto protocolo" que activó el colegio fue enviarlo a una psicóloga que "me miró y dijo 'ah claro, es que tu clase es complicada, lo que te insultan no es verdad, tienes que aprender a que no te duela'".

Blue relata que, cuando su madre volvió a esa psicóloga, "le dijo que el problema era suyo, por ser una madre sobreprotectora": "Ella se llegó a sentir mal por no haber detectado lo que me estaba pasando", señala este joven, que recuerda que sus padres le llevaron a otra psicóloga privada que le diagnosticó depresión infantil y le enseñó "a gestionar la soledad".

"Me insultaban por ser una persona femenina, porque me gustaban los hombres, por ser una persona trans de forma indirecta", comenta Blue, que afirma que por culpa del bullying "no llegaba a conectar con las personas". Ahora da charlas en colegios de la Comunidad de Madrid, donde asegura encontrarse "a chavales que claramente están siendo acosados". En su opinión, defiende que se instalen "protocolos no a posteriori, sino preventivos y formar a los profesores de las realidades que vive su alumnado", así como la importancia de "eliminar tabús".