Un año después del devastador incendio de la Sierra de la Culebra, María Avizanda visita esta zona de Zamora y conversa con algunas personas a las que esta tragedia afectó especialmente, como el bombero Javier Yáñez, que denuncia que aún hoy sufren la falta de personal y medios, o Laura Fernández Gago, apicultora que producía una de las dos mejores mieles del mundo.

"Lo que todo el mundo conocíamos como un entorno idílico se ha convertido en un paisaje desolador", comenta la apicultora, que en el vídeo sobre estas líneas explica cómo vivieron los primeros momentos del incendio y cómo "empezaron a desalojar los pueblos cuando el fuego ya lo teníamos en nuestras casas": "Había mucho viento, mucho calor, venía el infierno", recuerda.

Cuando tras el incendio volvió a sus colmenas, cuenta que se las encontró "totalmente calcinadas": "Se veía toda la miel por el suelo, solo tenías ganas de llorar", señala. Sin embargo, defiende que lo peor del incendio no fueron los daños económicos, sino que "se perdieron vidas". "Eso no se suple con dinero como mi negocio", asegura Laura, que destaca el apoyo de la gente a la hora de ofrecerle fincas para colocar sus colmenas y manda un mensaje de resiliencia: "Las tierras son nuestras y somos las que las tenemos que defender".