La ruta de El camino a casa de Alaska comienza en el primer colegio en el que estudió cuando llegó a España, cuando tenía 10 años y era todavía la pequeña Olvido. Ella había vivido hasta entonces en México, rodeada de "cubanos que añoraban Cuba y españoles que añoraban España".
"Mamá dice que yo llegué muy deprimida, yo ya no me acuerdo. Pero también dice que me adapté enseguida y que me empezó a oír hablar como esas personas que yo digo que gritan", cuenta la artista mientras sube las escaleras de su antigua escuela acompañada de Albert Espinosa.
La artista mira con nostalgia el patio. "Ahí estaban los columpios. Por aquí jugaban al 'churro' los chicos y las chicas a la goma y esas cosas que les gustaban y a mí nunca me gustaron", dice con cierto deje de tristeza.
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"¿Tenías acento mexicano?", quiere saber el presentador. "Supongo que sí porque se reían de mí, luego me imagino que sí, que me hacían lo que hoy en día se llama 'bullying'. Lo que pasa es que ya luego, como dice mi madre, al tercer día ya estaba con las 'zetas'".
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"Ya tenías madera de escritor": Melchor, antiguo profesor de Máximo Huerta, le recuerda los cuentos que escribía de niño
El escritor llega al colegio que le vio crecer con un nudo en el pecho y Albert le tiene una sorpresa preparada. "Hay profes y maestros", le comenta Máximo al presentador, al cruzar la puerta del aula se reencontrará con su maestro.