Alaska está a punto de comenzar su viaje al pasado más especial de la mano de Albert Espinosa. El presentador de El camino a casa la lleva a su colegio y le consigue una tarjeta para poder entrar. Aunque todo está muy cambiado, los recuerdos empiezan a aflorar en la mente de Olvido. Ella no había vuelto nunca a ese lugar hasta ahora.
"Todo esto era suelo de gravilla, de ese que cuando te caías te destrozabas la piel de las rodillas". Allí fue donde la pequeña Olvido se 'enamoró' de Antonio Saura hijo, como ella misma le confesó años después. Ese fue el primer colegio al que asistió en su vida en España.
Ella había vivido con su madre y su padre en México y, al llegar a nuestro país, hubo cosas que le chocaron, y mucho, de nuestras costumbres. "No es por el volumen, es por cómo hablamos aquí. En México es más suave, aquí todo el mundo grita".
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"De hecho, eso me hizo darme cuenta de que mi padre no era un señor que estaba siempre de mal humor, sino que era un señor español", dice ella con gracia.
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