La víctima de Dani Alves en la discoteca Sutton "quiso salir del baño y no pudo". Son las palabras que la propia denunciante trasladó a los forenses cuando llegaron al lugar donde había sufrido la agresión sexual por parte del futbolista, según han trasladado en la tercera jornada del juicio celebrada este miércoles en la Audiencia de Barcelona.

Los forenses han detallado que el estado emocional de la víctima era de "miedo y tensión", con "lágrimas cuando relataba lo que le había pasado". "Vimos a una persona coherente que explicaba las cosas tal y como las había vivido", añaden.

La víctima "tuvo que parar" al contar su versión de lo sucedido al estar "emocionado", sin desvelar que fue Dani Alves quien había realizado la agresión: "Solo dijo que era una persona famosa". "Dijo que hubo besos en el cuello, que después quiso salir y no pudo", agregan.

Además, presentaba una herida en la rodilla que podía ser "compatible" con un "frotamiento en el suelo o la puerta", mostrándose favorable a que podría haberse producido un "empujón" durante los hechos. Detallan que para que haya una violación no tiene por qué haber una lesión vaginal, ya que incluso en coitos consentidos pueden darse lesiones de este tipo, si bien es más frecuente en relaciones no consentidas. "No encontramos lesión (vaginal), pero no quiere decir que haya sido consentido", añaden.

Ya el día 3 de abril, cuando volvieron a entrevistar a la víctima, observan en ella una "fragilidad emocional" que no la impide recordar cómo sucedieron los hechos. Creen que "no hay dudas" a la hora de preguntarse acerca de una posible simulación de síntomas, ya que contaba con varios criterios que podrían determinar que estaba pasando por estrés post traumático, como sus nervios al escuchar hablar en portugués o su falta de sueño.