En los 70 y 80 el huevo era el rey de los champús. Se hizo tan famoso que tenía hasta canción propia. Sin embargo, apenas lo encontramos ya en las estanterías de los supermercados y sus botes se han convertido en piezas de coleccionista.
"En esa época era muy habitual tener el champú de huevos en las casas y la gente no se lavaba la cabeza asiduamente, pero la gente se aseaba muchísimo", ha explicado Manuel, propietario de la barbería 'Manolos'.
En aquella época nuestro país empezaba a estar marcado por la modernidad y el cambio. Y es que el país estaba en una época de cambio, tal y como explica Joan de Deu, escritor: "Había unas grandes ansias de libertad. Entonces clandestinamente antes de la transición había muchos movimientos sindicalistas y todo eso hacia vivir mucho la ciudad. Pero todo eso era algo clandestino".
El champú de huevo se inventó en Barcelona en 1940. Poco después otras marcas se sumaron a la tendencia del huevo hasta monopolizar el mercado con champú de huevo. Un champú que en la época, prometía lo imposible, un tres en uno, limpiar, abrillantar y revitalizar el cabello. Aún así, el champú de huevo marcó varias generaciones, por eso ese mítico botecito siempre tendrá su hueco en la estantería.