Para reclutar agentes secretos

El 'pequeño Nicolás' del cuartel: detienen a un hombre de 50 años en Madrid que se hacía pasar por un subinspector de Policía

Los detalles El falso agente entraba al recinto con una placa de mentira y con un arma simulada. Está acusado de usurpación de funciones públicas, falsedad documental y tenencia de armas.

Imagen de archivo de un agente de la Policía Nacional
Escucha esta noticia
0:00/0:00

Con una placa falsa y con un arma simulada. Así, de esta guisa, entraba a un cuartel militar de Madrid un hombre de 50 años que se hacía pasar por un subinspector de Policía. Un 'pequeño Nicolás' de comisaría que ya está detenido acusado de un delito de usurpación de funciones públicas, falsedad documental y tenencia de armas.

Su objetivo era el de reclutar agentes para una misión de inteligencia que tan solo estaba en su imaginación. De hecho, según informa la Jefatura Superior de Policía, incluso habría mantenido entrevistas con algunos militares que le habían remitido sus respectivos currículums vitae.

El detenido, al que ya habían arrestado por hechos similares, era conocido en el cuartel e incluso se llegó a ganar la confianza de los militares. Le apodaban 'el reclutador', por sus labores para seleccionar personal para ese servicio de inteligencia inexistente.

Para dar credibilidad a su personaje hablaba de sus viajes a diversos países e incluso relataba su participación de gran relevancia. También comentaba aspectos de su trabajo dentro de los servicios de inteligencia o de sus contactos institucionales.

Su arma, de 'airsoft', parecía real. Llegó a ofrecer incluso un revólver a uno de los militares mostrando fotografías del mismo.

La investigación comenzó cuando los agentes tuvieron conocimiento de que alguien estaba tratando de acceder al complejo militar haciéndose pasar por agente de Policía. Trató de identificarse mediante un carnet profesional y una placa emblema, pero le fue denegada por sospechas sobre su veracidad.

Loos agentes constataron que este hombre acudía de forma habitual al cuartel, donde ya se había ganado la confianza de varios militares. No hay sospechas de que sus acciones tuvieran vinculación política alguna o ideología. Tampoco había constituido ningún peligro para las diferentes dependencias que frecuentaba. Según parece, su único fin era alimentar su ego y su satisfacción personal.

*Sigue a laSexta en Google. Toda la actualidad y el mejor contenido aquí.