"Lo que no tiene sentido es usar el cilicio con el aire acondicionado puesto". El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, respondía así a la duda sobre las mortificaciones corporales formulada por un oyente en 'Radio María' y recogida por 'Público', en alusión al instrumento utilizado por algunos miembros del Opus Dei para autoinfligirse dolor como forma de penitencia.
El religioso, que en el pasado ya ha sembrado la polémica por sus declaraciones sobre el feminismo, no descartó las mortificaciones corporales en dicho espacio radiofónico, donde aseguró que "la Iglesia no va a entrar en la casuística de decir 'esto sí, esto no'".
"Las mortificaciones corporales para que tengan su razón de ser tienen que estar integradas al servicio de la mortificación de nuestro amor propio", indicó el eclesiástico, para quien "las mortificaciones que más valen no son las que uno elige libre y voluntariamente", sino las que implican "la aceptación de algo que me está mortificando". "Yo tengo que elegir entre asumirlo a regañadientes, de mala manera y amargado, o acogerlo y abrazarlo con confianza y con alegría", aseguró.
"Desde luego, lo que no tendrá sentido es que alguien diga: voy a utilizar el cilicio con el aire acondicionado puesto", indicó entonces, "comienza un poco por asumir el calor ¿me entendéis por dónde voy?".
Tan solo unos días antes, el obispo Munilla se había pronunciado en un sentido similar cuando, en plena ola de calor, sugirió a través de Twitter "ofrecerlo con alegría" en lugar de quejarse de las altas temperaturas. "¿Y si en vez de quejarnos tanto del calor, lo ofrecemos con alegría, unidos al Sagrado Corazón de Jesús?", escribió.