Las delta acuáridas son realmente una lluvia de meteoros, sucesos que ocurren en la atmósfera a unos cien kilómetros de altura cuando fragmentos muy pequeños de polvo se queman a gran velocidad. Esa combustión es lo que desde la Tierra se ve como un bólido o estrella fugaz, un destello que dura menos de un segundo.

Estos fenómenos se pueden prever con antelación, ya que todos los años la Tierra en su camino alrededor del Sol atraviesa la trayectoria de varios cometas. En este caso, el cometa que origina la lluvia de meteoros de las delta acuáridas es el 96p/Machholz.

En una noche cualquiera se pueden ver varias estrellas fugaces, una, dos o tres a la hora. Sin embargo, hay determinados meses del año en los cuales aumenta considerablemente su número, dando lugar a lo que se conoce como lluvia de estrellas.

Aunque la de estos días no sea muy copiosa, siempre hay que probar y mirar al cielo, y para ello hay que buscar un sitio oscuro, lejos de la contaminación lumínica.

La siguiente lluvia de estrellas, la de las perseidas, es la más famosa del verano y, según datos del Observatorio Astronómico Nacional, su máximo se calcula para el 12 de agosto, que este año es cercano a la luna llena, lo que dificultará su observación, hoy la luna será creciente.