La defensa de Ana Julia Quezada ha modificado este martes su escrito de defensa, por el queinicialmente solicita una pena de tres años de prisiónpor un delito de homicidio por imprudencia grave, de forma que, subsidiariamente, ha pedido que se tenga en cuenta una posible condena más gravosa, de entre diez y 15 años, por un delito de homicidio recogido en el artículo 138.1 y 138.2 del Código Penal.
El letrado Esteban Hernández Thiel ha hecho entrega de su escrito definitivo al resto de partes una vez que se ha practicado toda la prueba, que ha finalizado con la reproducción de una carta remitida por la acusada al padre de Gabriel Cruz el 17 de abril de 2018, cuando llevaba ya un mes en prisión provisional por esta causa.
La defensa considera que concurren dos circunstancias atenuantes en la actuación de Ana Julia Quezada que rebajarían la pena impuesta y apunta al atenuante de confesión, o alternativamente, confesión tardía de los hechos, así como al atenuante de arrebato, obcecación u otro estado pasional de entidad semejante.
Según el escrito de conclusiones definitivas presentado por la defensa, cuando la procesada dio muerte a Gabriel Cruz lo hizo bajo un "estado pasional que disminuía su capacidad de comprender y de controlar las consecuencias de sus actos, sin llegar a anularla".
Indica que le tapó la boca "para que no profiriera más insultos, apretándola con intención de que se callara" y que, después, se produjo un "intenso forcejeo, llegando a la pared Ana Julia, presa de la ira y sin medir las consecuencias de su acción". "Continuó tapándole la boca y nariz, presionándole contra la pared, a pesar de la resistencia del menor, hasta percatarse de que Gabriel había dejado de respirar", añade.
La defensa señala que, al "darse cuenta de ello", fue "presa del pánico" y "quedó bloqueada e incapaz de asumir lo ocurrido", tras lo que dio sepultura al cuerpo del niño en la finca de Rodalquilar, en Níjar, Almería, en la que se produjo el crimen el 27 de febrero de 2018.
"Incapaz de afrontar lo acontecido y sin saber cómo explicarlos a su pareja ante la repercusión mediática y al estar bajo los efectos de medicación ansiolítica, movida por el ánimo de evitar las consecuencias de sus actos, continuóocultando lo acontecido hasta su detención", concluye el escrito entregado este martes a las partes en el que insiste en que la convivencia entre la acusada y Angel Cruz "no siempre era aceptada de buen grado" por el menor.
También insiste en que el niño "cogió un hacha para jugar", en que Ana Julia Quezada le dijo que la "soltara pues era peligroso y podía hacerse daño" y en que le "insultó, negándose a darle el hacha", por lo que "intento quitársela, llegando a taparle la boca para que no profiriera más insultos".
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