Ana Julia Quezada golpeó a Gabriel con fuerza porque quería dejarlo aturdido, es lo que han explicado los médicos forenses de la acusación en la sexta sesión del juicio, que se ha celebrado este lunes.

Nicasio Marín, médico forense que redacta el informe de la acusación, ha señalado a su salida del juzgado que han "aportado pruebas y evidencias de que hubo una violencia intensa y extensa".

Además, ha destacado que "la simplificación del mecanismo de taparle la nariz y la boca (como causa de la muerte) es una banalización que no es razonable ni lógica".

La autopsia oficial y la encargada por la familia de Gabriel Cruz no coinciden en algunas cuestiones. Para los forenses del Instituto del Anatómico Legal el pequeño tenía un edema cerebral difuso que para la acusación era evidente.

Los forenses del anatómico ven compatibles los golpes con el intento de asfixia, pero para la acusación hubo ensañamiento, le golpeó para atontarlo, después le asfixió y le dejó agonizar entre 45 y 90 minutos. Con este argumento intentan demostrar que Ana Julia se ensañó con el menor y, por tanto, podría verse agravada su condena.

"Vienen a decir que fue zarandeado, vapuleado y golpeado antes de ser asfixiado, que es la causa última de la muerte. Sin embargo, en el informe de autopsia no se refleja ninguna de esas lesiones que sí que aprecia la acusación particular", ha explicado Manu Marlasca, jefe de Investigación de laSexta.

Sin embargo, hay cuestiones en que las dos autopsias coinciden. Aseguran que Gabriel murió asfixiado, que Ana Julia le tapó la boca y la nariz para que evitar que respirara y lo hizo, según dicen, con sus propias manos. Según la acusación particular, lo hizo ejerciendo sobre el menor una fuerza totalmente desproporcionada.