Dalton y Cheyenne se casaron en Iowa, Estados Unidos, y decidieron disfrutar de su luna de miel en Florida. La pareja de 22 años decidió ir precisamente a Florida por sus playas, ya que el joven nunca se había bañado en el océano.

Cuando llevaban tres días de viaje, decidieron ir a la playa de Crescent Beach y allí ocurrió la desgracia. La propia Cheyenne ha contado en un post de Facebook cómo ocurrió todo: "Los tres días de felicidad se convirtieron, enseguida, en una pesadilla".

Cuando ambos jóvenes se metieron en el mar, quedaron atrapados por la resaca y la marea les arrastró unos 90 metros dentro, según recoge la CNN. Los dos entraron en pánico e intentaron nadar hasta la orilla, pero Dalton se hundió durante un minuto y salió completamente aturdido.

Un hombre que hacía surf fue en su rescate y los condujo hasta la playa. Allí intentaron reanimar al joven que había entrado en paro cardíaco pero no pudieron hacer nada para salvarle la vida.

"Estoy destrozada por el miedo y la incertidumbre: nunca me había pensado que, a los 22 años, sería esposa y viuda tan rápidamente", ha puesto Cheyenne en su post.

Además, hay una campaña para recoger fondos y pagar su funeral.