Hay quienes se cuelan en cualquier sitio, incluso si para ello tienen que escalar; también, se fotografían con lo que sea y como sea, como con tiburones. En definitiva, arriesgan su vida por conseguir un puñado de seguidores en las redes sociales. En ocasiones, no pocas, con resultado fatal. Se dan así muertes absurdas por sacarse la foto imposible.
En los últimos 15 años se han registrado más de 500 muertos en el mundo por hacerse esta clase de selfies. La edad media de las víctimas es de 24 años, y las tres principales causas de muerte han sido caídas desde alturas, atropellos y ahogamientos. Aunque este ranking lo lidera India, España se encuentra en una peligrosa cuarta posición.
El segundo y el tercer puesto lo ocupan Estados Unidos y Rusia, respectivamente. Todo por tener unas fotos exclusivas que nos llevan a cometer imprudencias. Temeridades que aumentan en verano, donde una de cada tres víctimas estaba de viaje. De hecho, en nuestro país ya hay varios casos de caídas por acantilados.
El último ocurrió hace unos días, en Tossa de Mar, en Girona, cuando un turista francés había saltado una valla de seguridad y se precipitó por un acantilado a 30 metros de altura.