El pasado 28 de mayo un hombre fue brutalmente asesinado frente al bar l'Alzina, en el municipiño barcelonés de Montcada i Reixac, por el exnovio de su pareja. El crimen dejó a todos los vecinos y al dueño del local con la boca abierta.

No obstante, éstos aseguran que los problemas habían llegado mucho antes, según ha recogido el periodista Carlos Quilez.

El martes anterior la novia de la víctima, una joven de nacionalidad venezolana, acudió al bar en busca de ayuda: desde hacía semanas su expareja había amenazado con matarla si no retomaba la relación con él.

Ese día los clientes la refugiaron con ellos y llamaron a los Mossos para que testificase ante ellos: "Estaba muy alterada, solo hacía que pedir por la comisaria más cercana. La entramos en el bar y la refugiamos".

Su expareja había amenazado con matarla si no retomaban la relación

Para asegurarse, la joven envió a varios vecinos y personal del local la foto de su expareja con el fin de que, si le veían por el lugar, la pudieran avisar para que se encerrase en casa. Y días después Loli, camarera del bar, le reconoció.

Un día antes del crimen la mujer acudió al bar a cenar junto a su amigo, el hombre que momentos después sería asesinado. Decía que estando acompañada de él se sentía mucho más segura.

Aunque ya no ofrecían cenas al ser muy tarde, Joan, el dueño de l'Alzina, no dudó en prepararles algo de comer y al acabar cogieron un tren a Barcelona ya que esa noche preferían no dormir en Montcada i Reixac.

El 28 de mayo por la mañana un joven entró al local, pidió un café con leche y durante varias horas estuvo sentado en un taburete. Los testigos aseguran que "no parecía sospechoso" pero dudaron por un momento ya que no era usual ver nuevas caras.

Fue entonces cuando Loli le reconoció y se sobresaltó. Era el exnovio de la chica que pidió ayuda ese martes, la misma que había cenado la noche anterior.

Inmediatamente mandó un mensaje a la chica, que volvía de Barcelona con su compañero. Al salir de la estación éstos tenían que pasar obligatoriamente frente al bar y fue entonces cuando el asesino les reconoció al mirar por la ventana.

"Salió rápidamente y se abalanzó sobre el muchacho sin piedad, a sangre fría", explica un testigo. La chica entró en el bar y se refugió en la cocina durante horas. "Si ésta no llega a salir corriendo, también la hubiese matado", añade.

En total asestó al joven 30 puñaladas con un cuchillo de unos "30 o 40 centímetros" y le seccionó los genitales bajo la mirada atónita de muchos vecinos. Aunque ya era tarde para salvarle la vida al chico, consiguieron detener al asesino cuando pretendía huir hacia la estación.

"Si ésta no llega a salir corriendo, yo creo que también la hubiese matado"

Le lanzaron sillas, palos y le propinaron varias patadas y puñetazos con el fin de no escapase. Finalmente los Mossos le detuvieron.

El dueño del bar, Joan, explica que el día anterior llegó corriendo sin saber qué pasaba, lo llamaron varias veces y se encontró "con todo este panorama".

Ahora, los habituales del bar, sólo se preguntan como podrán ayudar a la chica a rehacer su vida, a seguir viviendo en un barrio que solo hacia dos meses que se había convertido en su casa.

Un hombre mata a puñaladas al novio de su expareja en Montcada i Reixac, Barcelona