Los vecinos de la localidad colombiana de Llorente (municipio de Tumaco) creyeron estar ante un milagro. Tenían claro que su vecino de 50 años, que había muerto hace nueve días, había sido enterrado vivo y estaba pidiendo auxilio desde su tumba, según informa El Nacional.
Según defienden los presentes, en el cementerio se escuchaban gritos, y pertenecían a Fidel Pantoja. Fue entonces cuando se decidieron y procedieron a desenterrarlo. "Esto es un milagro, un milagro de Semana Santa", exclamaban exultantes ante la posible 'resurrección' de su vecino.
La sorpresa fue que al descubrir el cadáver, Pantoja no respiraba y estaba muerto. Eso sí, los vecinos no podían creerlo y el cadáver fue trasladado a un centro médico para hacerle las pruebas correspondientes y certificar, o no, su muerte.
Fidel Pantoja falleció a los 50 años por problemas de salud. Su familia se quedó completamente destrozada, e incluso su esposa negaba que su muerte fuera real: "Yo voy a esperar a que llegue, porque él va a llegar", llegó a asegurar.
La viuda sostenía que su marido estaba vivo y tras escuchar gritos en el cementerio sus vecinos apoyaron su teoría.
La realidad es que, tras hacerle pruebas, los médicos confirmaron la ausencia de signos vitales. Eso sí, la insistencia de los vecinos hizo que fuera de nuevo analizado en otro centro de salud que certificó lo mismo.
A pesar de las pruebas irrefutables de los doctores, los testigos del 'paranormal' suceso siguen sosteniendo que escucharon los gritos, y ahora centran su extrañeza en otro detalle: el cuerpo no estaba en estado de descomposición a pesar de llevar enterrado nueve días.
Las autoridades ahora llevaran a cabo una necropsia para asegurarse que no se trata de un caso de catalepsia.
"Le habían lavado el cerebro"
De California a Manresa para rescatar a su hermana de una secta: "El cura me agarró y me tiró al suelo"
El contexto Adriana di Gerónimo se enteró de que su hermana estaba recluida en una congregación católica que había recibido denuncias por abusos sexuales. Al recibir la noticia, no dudó en dirigirse a Manresa para ayudarla.