No hay ninguna duda: el clima está cambiando. Prueba de ello es que las lluvias son más torrenciales que antes. Esto lo saben bien en Murcia, donde este año han batido dos récords históricos de precipitaciones.

Pero cuando llega el verano también hay más olas de calor. Si hasta 2010 teníamos una media de una al año, ahora son el doble. Y además, esas olas son el triple de largas: hasta 2014 duraban una media de cinco días cada ola, pero ahora son de 18 días.

La temperatura del planeta ha subido uno coma un grado desde el inicio de la industrialización. Y eso está derritiendo el Ártico, que ha perdido un 17% de extensión en solo 40 años. Eso hace que suba el nivel del mar, poniendo en peligro las zonas costeras, que se están inundando poco a poco.

Y como además contaminamos más, las zonas marinas sin nada de vida han crecido un 75% y hemos perdido el 26% del agua dulce del planeta. También hay menos espacio para los animales, que desaparecen. De hecho, hay un 35% menos de vertebrados terrestres y un 81% menos de vertebrados de agua dulce.

Hay quien dice que esto es inevitable, pero no, aún se puede parar. Ya lo hicimos con la capa de ozono, que gracias a las leyes hemos conseguido que disminuya un 20% menos desde 2005.