Un juicio histórico

¿Y ahora qué? Los dos indicios a los que se agarra la acusación y que podrían convertir en culpable al fiscal general

La letra pequeña A pesar de no ser pruebas como tal, el borrado de su móvil y el correo electrónico en cuestión en su bandeja de entrada podrían terminar en un veredicto de culpabilidad contra García Ortiz.

Álvaro García Ortiz
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El histórico juicio a Álvaro García Ortiz, fiscal general del Estado, ha llegado a su fin. Lo ha hecho quedando todo a la espera del veredicto final y dejando tras de sí varias incógnitas. Dejando tan solo dos cosas en pie. Dos indicios a los que se agarra la acusación y que, a pesar de no ser pruebas como tal, podrían convertir en culpable a García Ortiz.

En primer lugar está el borrado de su móvil, algo que desde la acusación ven como una maniobra para dificultar la investigación. La UCO, en ese sentido, ha constatado que no ha podido acceder a dicha información.

En cuanto a la defensa del fiscal, ha respondido afirmando que las conclusiones de la UCO son solo deducciones mientras que el fiscal ha dado otra versión: "Es lo que aconsejan las guías. Tengo borrados automáticos".

El segundo indicio al que se agarra la defensa es la posesión del correo en sí mismo. Llegó a la bandeja de entrada del fiscal un minuto antes de las 22:00 del 13 de marzo... pero hubo periodistas que, tal y como han afirmado en sede judicial, lo tenían antes. Uno de los medios que disponía de dicho email es laSexta.

"Contamos la información que con el tiempo se ha demostrado que es la verdad, le pese a quien le pese", dijo Alfonso Pérez Medina, jefe de Tribunales de laSexta, en el Tribunal Supremo.

Y es que la información ya se compartió en los grupos de Whatsapp de laSexta cinco minutos antes de que el fiscal recibiera ese correo. Son varios los periodistas que coinciden. Varios los que dicen que el fiscal no fue el origen de esa filtración.

Ahora queda esperar al veredicto final. Aunque no se le condene por revelación de secretos sí cabe la opción de que García Ortiz sea condenado por infidelidad en la custodia de documentos. El motivo, que aunque él no fuera el origen de la filtración sí podría haber incumplido en su responsabilidad de impedir que se hicieran públicos.

El fiscal general del Estado se ha sentado en el banquillo acusado de un presunto delito de revelación de secretos, en relación al correo de Alberto González Amador, novio de Isabel Díaz Ayuso, en el que buscaba un pacto con Fiscalía.