Han pasado 36 días desde que supimos del primer fallecido por coronavirus, y desde entonces cada día las muertes han ido creciendo a un doloroso ritmo hasta alcanzar el pasado 2 de abril el máximo de 950 en una sola jornada. En condiciones normales, en España habrían muerto en torno a 42.000 personas en ese mismo periodo de tiempo por el resto de razones, ya sea por cualquier motivo de salud como por causas externas (accidentes, suicidios, homicidios…) Sin embargo, el coronavirus ha acabado, él solo y en esos mismos 36 días, con la vida de 13.798 personas (hasta el martes 7 de abril). En suma, desde que comenzó la crisis sanitaria el coronavirus es el responsable de un 25% del total, es decir, de una de cada cuatro muertes.

A partir de los datos de defunciones según sus causas, que ofrece el Instituto Nacional de Estadística (INE), hemos realizado una estimación de lo que podrían ser las muertes actuales distintas del coronavirus. Para ello, hemos tomado los datos de marzo y abril de los cinco últimos años disponibles (2014 a 2018), los mismos meses en los que ha llegado esta pandemia a España, y hemos hecho una media de fallecimientos diarios por cada causa.

Desde que conocimos el pasado 3 de marzo aquella primera pésima noticia de la muerte de una persona por COVID-19, que en realidad había tenido lugar el 13 de febrero, se han perdido de media 384 vidas cada día de forma directa por esta enfermedad. En un día normal de marzo y abril, el resto de las más de 11.000 causas de defunción que recoge el INE provocaron la muerte de unas 1.165 personas. Esto convierte a este virus letal en la mayor causa de muerte actual.

En el siguiente gráfico visualizamos la comparación entre la media de muertes diarias por coronavirus y las que se producen al día por otros motivos. Se muestran las 17 principales causas. Entre estas se incluyen causas más específicas (tumor maligno de la tráquea, de los bronquios y del pulmón) y grupos de causas (tumores). Como ejemplo, la gripe como causa se incluye dentro del conjunto de enfermedades respiratorias.

Si ceñimos el análisis anterior a los últimos cuatro días, el resultado es todavía más grave: ha habido 716 muertes de media entre el 3 y el 7 de abril, lo que supone más del doble de la mayor causa de muerte, el conjunto de las enfermedades del sistema circulatorio (del corazón, hipertensión, infartos, o ictus, entre otras).

El de esta semana ha vuelto a ser un martes más negro en fallecimientos por coronavirus, un repunte que viene siendo habitual en este día de la semana (hay datos que no se recopilan durante el fin de semana y se suman directamente al lunes, cifra que conocemos al día siguiente). Ha sido el primer día de aumento de fallecidos desde que el 3 de abril empezáramos a vislumbrar el descenso de la tan mencionada curva.

ESTUDIO CON DATOS ACTUALES

El coronavirus ha golpeado nuestro país elevando la mortalidad a niveles fuera de lo normal. Y no solo de forma directa. La saturación de los hospitales, y en particular de las UCI, que se vivieron en los días más intensos, ha podido dificultar la atención a pacientes con otras patologías.

Existen motivos indirectos por los que también se produce un exceso de muertes en cualquier epidemia, tal y como indican desde el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII). Este centro público, que participa en la red europea EuroMOMO (acrónimo de Sistema de Monitorización de la Mortalidad), trabaja con datos actuales de defunciones para analizar el exceso de mortalidad durante crisis sanitarias como la del coronavirus.

Entre las causas indirectas del aumento de fallecimientos, explican desde el ISCIII a laSexta.com, puede haber diferentes motivos: “Influencia de otras patologías previas o comorbilidades; reticencia o retraso al acudir al sistema sanitario, bien para evitar su saturación o posibles contagios”, así como “mayor vulnerabilidad de personas en riesgo cuando hay medidas de distanciamiento social o confinamiento”.

Según el último informe MoMo, publicado entre el 17 de marzo y el 6 de abril de 2020, se ha producido en España un exceso de mortalidad de un 51%. El ISCIII publica informes diarios en los que se analiza los datos de mortalidad por todas las causas obtenidos de 3.929 registros civiles informatizados del Ministerio de Justicia. Comparan estos datos con la mortalidad de años anteriores (de 2008 hasta un año previo a la fecha actual, según indican en los informes) para obtener el mencionado resultado. No obstante, en los informes se refleja que en la actualidad existen retrasos en las notificaciones de defunciones, es por ello que los datos se van corrigiendo a posteriori.

Castilla-La Mancha tiene el triple de muertes de lo habitual

La estimación del pasado 5 de abril obtenía un exceso de mortalidad en 13 comunidades autónomas, mientras que el del 19 de marzo, el primero publicado, reflejaba solo exceso de muertes en la Comunidad de Madrid. Las más castigadas en general son Castilla-La Mancha con un (188,2%), Castilla y León (159,5%) y Navarra (143%). El informe indica también que estos fallecimientos que exceden lo habitual son mayores en hombres (54%) que en mujeres (37%).

Los informes MOMO no analizan las causas, pero en estos datos se aprecia con claridad la incidencia del COVID-19. También la edad de los fallecidos nos acerca al virus que ha creado la mayor pandemia mundial de los últimos años. Los datos nacionales indican que la mortalidad se excede especialmente en los mayores de 74 años (53%), seguido del grupo de edad de 65 a 74 años (46%). En algunas comunidades, como Castilla-La Mancha, habrían muerto más del triple de personas de entre 65 y 74 que en años anteriores, un 235%, y en los mayores de 74 casi triplica también la mortalidad habitual, con un 190,4%.

A escala europea, los datos de MOMO ya nos indican que el coronavirus ha alterado los datos de mortalidad de España e Italia más que los de ningún otro país, como refleja el siguiente mapa publicado por la red europea. Los países más oscuros indican mayor exceso de mortalidad. Recoge datos de la semana del 23 al 29 de marzo, en la que España aún no había alcanzado su pico de fallecimientos más alto.