El hombre, de más de 70 años de edad, iba sentado en uno de los asientos reservados de la Línea 1 del metro de Ciudad de México. Sentado con los ojos cerrados, su aspecto hizo creer a todo el mundo que simplemente dormía, por lo que nadie notó su fallecimiento.

De hecho, no fue hasta el cierre de la línea cuando agentes de la Policía auxiliar que iban a cerrar la estación Pantitlán descubrieron que aún había una persona en el tren.

Al intentar despertarlo para que abandonase el vagón y poder cerrar la estación, los agentes se percataron de que no tenía pulso y pidieron asistencia médica inmediatamente.

Los servicios sanitarios de emergencias que atendieron la llamada sólo pudieron confirmar la muerte del anciano, que aparentaba tener algo más de 70 años de edad.

Según publica el medio mexicano 'Reforma', el hombre habría fallecido por causas naturales, concretamente por un paro cardíaco. Su cuerpo está a la espera de ser reclamado por algún familiar.

Aún así, la Procuraduría General de Justicia ha informado de que se va a llevar a cabo una investigación para esclarecer los hechos.