Courtney Withourn tiene 20 años, y como tantos en el mundo, tiene la nerviosa manía de morderse las uñas. En su caso, este hábito se desarrolló tras ser víctima de bullying en el colegio, cuando llegó a comerse la uña del pulgar completa.

A partir de ahí, su dedo empezó a volverse negro y, avergonzada, se lo ocultó a sus padres. Cuando acudió al médico, descubrieron que había desarrollado una especie de cáncer, conocido como melanoma subungueo lentiginoso acral, según informa el 'Daily Mail'.

A pesar de someterse a varias cirugías para eliminar el cáncer que intentaban salvar su pulgar, los médicos se han visto obligados a amputarlo. Ahora, su médico asegura que Courtney desarrolló el cáncer a raíz de una lesión causada por su hábito de morderse las uñas, aunque otros médicos se muestran en desacuerdo con él.