Sánchez, al límite

Los socios de Gobierno aprietan pero no ahogan: el temor a Vox facilita el manual de resistencia de Sánchez

El contexto El 'caso Cerdán' ha unido a todos los grupos parlamentarios a excepción del PSOE. Todos quieren que Sánchez comparezca cuanto antes en el Congreso, pero habrá que esperar, en principio, hasta el 9 de julio para escuchar al presidente del Gobierno en la Cámara Baja.

Los socios de Gobierno aprietan pero no ahogan: el temor a Vox facilita el manual de resistencia de Sánchez
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La presión sobre Pedro Sánchez por parte de sus socios parlamentarios ha ido a más este martes. Todo en una jornada en la que se ha evidenciado que la mayoría que existe en el Congreso de los Diputados es anti-Vox que se opone a que la extrema derecha llegue al Palacio de la Moncloa.

Ese temor a facilitar la llegada de la extrema derecha al poder es lo que mantiene a Sánchez en el Gobierno a día de hoy en un panorama en el que los socios aprietan cada vez más, pero no ahogan. Esos socios prefieren que no haya elecciones por el momento, pero quieren más explicaciones sobre la trama Koldo-Ábalos-Cerdán. Todos los grupos -salvo el PSOE- querían que Sánchez compareciese cuanto antes en el Congreso, con un PP que ha acusado a la presidenta del Congreso, Francina Armengol, de intentar torpedear que se incluya esa comparecencia de Sánchez sobre la presunta corrupción del PSOE en el orden del día de este mismo jueves.

Los socialistas ven estas prisas injustificadas; así al menos lo ha compartido un Patxi López que se pregunta para qué quieren una comparecencia de Sánchez si ya va a estar en la sesión de control de este miércoles. La portavoz del Gobierno recurre a otro argumento: Sánchez no puede comparecer hasta dentro de 22 días, hasta el 9 de julio, porque tiene una agenda internacional muy apretada.

El Gobierno mantiene en el 9 de julio como único día posible para que Sánchez dé explicaciones sobre la corrupción de los dos últimos secretarios de Organización del PSOE. Consideran que hacerlo este jueves sería muy precipitado y descartan el miércoles 2 de julio porque es una fecha que coincide de lleno con la cumbre de la ONU en Sevilla.

Los socios de Sánchez reaccionan a la crisis del PSOE

La sensación de que Sánchez está intentado ganar tiempo es generalizada a derecha... e izquierda. En ERC, uno de sus socios más estables esta legislatura, consideran que Sánchez usa de excusa su agenda internacional para evitar comparecer ante el resto de fuerzas parlamentarias. Su portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, lanzaba la siguiente advertencia: "Si Sánchez quiere cumplir con esa agenda en el extranjero, lo primero que debería entender es que tiene que seguir siendo presidente del Gobierno".

Los recelos también llegan al PNV, uno de los partidos que llevó en 2018 a Sánchez a la Moncloa con su apoyo en la moción de censura. Y ahora, cuando los casos de corrupción han llegado al PSOE, Aitor Esteban lanza un aviso: en estos momentos, solo conocemos un "ovillo" de la trama. Si ese hilo termina siendo un enredo de corrupción, podrían retirar su apoyo al Gobierno de coalición. Con estos recelos llega este miércoles el PNV a su reunión con Sánchez en la Moncloa, un encuentro para el que no tendremos foto.

Bildu también se reunirá este miércoles con Sánchez. Aunque ellos no tienen problemas en que se inmortalice el encuentro, sí le exigen al presidente del Gobierno que no les haga perder el tiempo. Así lo ha trasladado su líder, Arnaldo Otegi: "La idea de que esto se puede sostener diciendo que los otros son peores ha decaído. Eso ya no vale; eso tiene que venir acompañado de un proyecto democrático de verdad que afecte, entre otras cosas, a la aceptación de la plurinacionalidad, de las naciones sin Estado, del derecho a decidir... Esta es la única solución en términos políticos que nosotros vemos".

Junts ha visto "noqueado" a Sánchez

Pero si hay un partido afectado, ese es Junts. Las caras de los representantes de la formación presentaban rostros gélidos con una confianza que está al límite. Fuentes del partido han llegado a reconocer a laSexta que han visto a Sánchez "noqueado" tras ver el nombre de Santos Cerdán en esta presunta trama de corrupción.

Aunque la presión de sus aliados es enorme, llama la atención que el dirigente que más duro se ha mostrado con Sánchez pertenece a Sumar, socio de coalición del PSOE. Para Gerardo Pisarello, lo que está haciendo el presidente es absolutamente insuficiente. "Esto es lo suficientemente grave para que se despache con un lo siento no va a volver a ocurrir. Declaramos rota la confianza con el PSOE", ha sentenciado.

Con todo esto, hemos conocido que el entorno del presidente del Gobierno le avisó de que Santos Cerdán "no era de fiar", haciéndolo antes del Congreso en el que se le ratificó a finales del año pasado.