Estrecha el cerco a Mazón
Saber cuánto duró la comida en El Ventorro y si Vilaplana miente: por qué la jueza de la DANA reclama la factura de Mazón y una foto del reservado
Las consecuencias Si la jueza considerase que Vilaplana hubiera podido mentir en su declaración, podría enfrentar consecuencias penales y verse reducido su testimonio por falsedad en sus declaraciones.

Resumen IA supervisado
La jueza Nuria Ruiz, a cargo del caso de la DANA, ha solicitado al dueño del restaurante El Ventorro, donde Carlos Mazón y Maribel Vilaplana comieron el día de la tragedia, detalles como la factura, la comanda y fotos del reservado. Busca establecer una cronología precisa de los eventos y determinar si Vilaplana pudo escuchar conversaciones entre Mazón y Salomé Pradas, la exconsellera de Interior. Vilaplana declaró que no oyó las llamadas, contradiciendo al dueño del restaurante, quien afirmó que estaban en un espacio reducido. Si se prueba que Vilaplana mintió, podría enfrentar consecuencias legales.
* Resumen supervisado por periodistas.
Este lunes, la jueza Nuria Ruiz, encargada de la causa de la DANA, ha solicitado datos muy concretos al dueño de El Ventorro, el restaurante en el que Carlos Mazón y Maribel Vilaplana comieron el día de la tragedia. Concretamente, le ha pedido la factura de la comida, la comanda y fotografías del reservado en el que estuvieron.
La jueza justifica estas peticiones en que quiere tener una cronología exacta de todo lo que pasó en El Ventorro, incluyendo saber hasta qué hora duró la comida.
Con los datos de la factura y la comanda puede tener una sucesión temporal de los testigos (Vilaplana, el dueño del restaurante, el chófer y los escoltas) y saber de esa manera a qué hora pudieron escuchar conversaciones relevantes entre el entonces president de la Generalitat y la persona que estaba al frente de la emergencia, la exconsellera de Interior, Salomé Pradas.
La otra información relevante que quiere conocer la magistrada es cómo era el reservado en el que comieron para saber si Vilaplana pudo escuchar las conversaciones telefónicas de Mazón.
La periodista declaró ante la jueza que el president en funciones se levantaba y se iba a otro lado de la sala para hablar. Asimismo, aseguró que no escuchó sus llamadas y que en algunos momentos incluso se puso a trabajar con el ordenador.
Se trata de una contradicción flagrante con lo que contó el pasado viernes Alfredo Romero, propietario del establecimiento. En su declaración como testigo, Romero aseguró que estuvieron solos en un comedor pequeño de la primera planta, de apenas tres metros cuadrados con una mesa para cinco personas, por lo que sería muy difícil que Vilaplana no hubiese escuchado nada.

¿Y si Vilaplana mintió?
Una imagen del lugar dará pie a la jueza para considerar si Vilaplana ha podido mentir en sede judicial. Si se demostrara que ha modificado su declaración y que la ha concertado con las que hizo Mazón en las dos comparecencias parlamentarias en las que tuvo que intervenir, se podría estar ante el hecho de que pudiera haber faltado a la verdad.
De darse el caso, esto tendría repercusiones penales, ya que Vilaplana estaba obligada a decir la verdad. Por lo tanto, podrían reducirle testimonio por esa falsedad en sus declaraciones.
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