Accedemos a su declaración
Ni "preocupado" ni con "prisa": la declaración del dueño de El Ventorro desvela que Mazón estaba muy "tranquilo" en las peores horas de la DANA
Los detalles El dueño de El Ventorro declaró como testigo ante la jueza de Catarroja sobre la comida y sobremesa de más de cuatro horas del president Mazón y Vilaplana el día de la DANA. Romero vio a Mazón "tranquilo", sin "prisa", o le vio hablar por teléfono y tampoco vio el portatil que declaró la periodista que tenía.

Resumen IA supervisado
Alfredo Romero, dueño del restaurante El Ventorro de Valencia, testificó ante la jueza sobre la visita del president de la Generalitat, Carlos Mazón, el día de la DANA. Romero afirmó que Mazón no mostró preocupación durante su larga comida con la periodista Maribel Vilaplana, a pesar de haber sido informado sobre la situación crítica en la Comunitat. La comida se extendió desde las 14:15 hasta las 19:00 horas, consumiendo principalmente agua y una botella de vino. Romero señaló que el reservado es pequeño, lo que dificulta confirmar si Vilaplana escuchó conversaciones telefónicas. Además, mencionó que no vio a Mazón usando su móvil ni a Vilaplana con un ordenador. La reserva fue hecha por la Generalitat días antes y Mazón firmó unos documentos traídos durante la comida.
* Resumen supervisado por periodistas.
El dueño del restaurante El Ventorro de Valencia, Alfredo Romero, donde el entonces president de la Generalitat, Carlos Mazón, comió con la periodista Maribel Vilaplana el día de la DANA declaraba el pasado 21 de noviembre ante la jueza en calidad de testigo. laSexta ha tenido acceso a la transcripción de sus respuestas en las que desvela lo que hacía Mazón en las peores horas de la DANA.
Romero detalla que no notó a Mazón "preocupado" en ningún momento, lo vio normal y que cuando lo despidió en la cancela no vio que tuviera "prisa" o estuviera "preocupado". "Fue como un día normal", explicó el restaurador. El president no estaba afectado aunque la consellera Salomé Pradas ya le había informado durante la larga sobremesa en el reservado del restaurante sobre la complicada situación en varias zonas de la Comunitat.
En su declaración también destaca la larga comida y sobremesa de Mazón y Vilaplana, desde las 14:15-14:30 horas de la llegada del presidenta hasta que ambos salieron, entre las 18:30 y las 19 horas. Algo que para Romero es normal y que no significa que necesariamente estuvieran consumiendo. Es más, el dueño del Ventorro explica a la jueza que sus comensales tomaron varias botellas de agua de medio litro, una botella de vino y una caña (anterior a la comida).
Sobre las dimensiones del reservado y la posibilidad de que Vilaplana, que en su declaración negó haber escuchado las conversaciones telefónicas de Mazón, el dueño del El Ventorro detalla que el espacio es similar al de un dormitorio. "Que, de punta a punta de la sala, por su tamaño, no sabe decir si se escucharía la conversación de alguien hablando por teléfono. No sabe el volumen o el tono con el que están hablando. En una conversación, en la que no está de espaldas y no hay ningún otro volumen, podría ser que sí se escuchara, pero no lo puede confirmar", señala la transcripción.
Romero también explica que en su restaurante no tiene televisión ni escuchan la radio; que solo él atendió personalmente esa comida, y que ninguna de las veces que entró al reservado -unas "siete u ocho"- vio a Mazón hablar por teléfono, ni se dio cuenta de si tenía el móvil sobre la mesa, ni vio a la periodista con el ordenador en la mesa.
La reserva se hizo "dos o tres días antes" por teléfono desde la Generalitat y se pidió una mesa para Mazón en un reservado de la parte de arriba, sin especificar que era también para otra persona, explicó el propietario, quien detalló que el president entró solo entre las 14:15 y las 14:30 horas, luego lo hizo Vilaplana y sobre las 15 horas les tomó nota.
Además, detalla que el reservado donde comieron tiene baño propio, que no hay ninguna zona para cambiarse y que la mesa en la que comieron es para unas cinco personas, así como que cuando Mazón llegó, llevaba una chaqueta oscura y una mochila pequeña, y cuando lo despidió salió igual, no recordaba verle con un jersey.
Declara que cuando ya estaban comiendo, le llamaron de la Generalitat, no sabe quién, para decirle que iba a ir un señor para llevar un sobre con unos papeles que Mazón tenía que firmar: cuando llegó, se los subió él, y a los 3, 4 o 5 minutos el president se los devolvió ya firmados, y los entregó a quien los había llevado.
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