La coalición en funciones ha ofrecido una primera muestra de su fuerza en el Congreso de los Diputados. Así se desprende de lo ocurrido este jueves en la cámara parlamentaria, donde se ha debatido y se ha votado a favor, por mayoría, de incorporar formalmente el uso del catalán, el euskera y el gallego en las sesiones parlamentarias. Este, uno de los primeros movimientos de Pedro Sánchez para ganarse la confianza de nacionalistas e independentistas, ha salido adelante con el sí de los que previsiblemente serán los futuros socios en los que se apoye la nueva coalición progresista.

A favor de esta medida han votado PSOE, Movimiento Sumar, ERC, Junts, Bildu, PNV y el BNG, obteniendo los números suficientes para dar pie a esta medida; los mismos números, precisamente, que necesitará Sánchez si fracasa la investidura de Feijóo y se pone en marcha su candidatura para renovar su cargo como presidente. De momento, más allá de la aprobación de esta reforma en la cámara, los acuerdos para aupar a Sánchez están lejos de ser cerrados -incluido el que tienen pendiente los socialistas con el partido liderado por Yolanda Díaz, como ella misma ha indicado-.

Sin embargo, ya se han visto gestos de confianza mutua que hacen pensar que la segunda legislatura de Pedro Sánchez es cada vez un escenario más real. Prueba de ello es la mencionada reforma para incluir las lenguas cooficiales en el hemiciclo, pero también las palabras que ha esgrimido Pedro Sánchez desde Nueva York, abriendo la puerta a la amnistía, cuestionando la judicialización del procés y asegurando, a fin de cuentas, que será "coherente" con lo que el Gobierno ha hecho hasta ahora en Cataluña.

Es una estafa, una humillación deliberada de la generación de la Constitución"

Palabras por las que ha recibido duras críticas desde la derecha y, sorprendentemente, de la vieja guardia socialista. Presidentes y exdirigentes como Emiliano García Page, Javier Lambán, Alfonso Guerra y Felipe González no han dudado en cargar contra la posibilidad de que Sánchez pueda conceder la tan mencionada amnistía. "Es una estafa, una humillación deliberada de la generación de la Constitución", ha indicado Guerra, al tiempo que González ha asegurado que "la amnistía no es constitucional" y tampoco cabe la autodeterminación. Irónicamente, el PP ha encontrado "acertadas" estas valoraciones.

El 'nuevo' PSOE ha preferido hacer caso omiso a las mismas. "Ayer había fútbol", han respondido en clave de humor desde la dirección socialista cuando se les ha preguntado por esas opiniones. En esta línea, el mensaje trasladado a todos los dirigentes ha sido claro: no mojarse -al menos, no mucho- en esta cuestión. Ello no ha evitado sin embargo que algunas figuras de responsabilidad en el partido y en el Gobierno sí hayan querido expresarse brevemente sobre este tema. "Antiguas", ha calificado el ministro Miquel Iceta cuando le han preguntado por las palabras de González y Guerra.

"Respeto y admiro a nuestros padres fundadores aunque no esté de acuerdo con ellos", ha mencionado la socialista Adriana Lastra. Más ha ahondado el exministro José Luis Ábalos: "La opinión está muy bien, pero hay que saber cuándo conviene expresarla, en qué marco y a quién sirve. Cuando empecé a militar me dijeron que hay que pensar, más allá de si se tiene razón, en quién se beneficia de cuanto dices y haces. Y si el beneficio va para el adversario, es evidente que no dejas bien a los tuyos. Más allá de entrar en el fondo, que es discutible también. Pero me preocupa más la forma".

Sánchez sabrá si prefiere pasar a la historia como Zapatero o como Felipe González"

El líder de Más País, Íñigo Errejón, se ha expresado de forma muy parecida a la de Ábalos: "Es muy importante en la vida saber dónde se ubica cada uno y saber qué quiere para su país. Nosotros queremos la formación de un gobierno progresista que logre encuentro en lo territorial y equilibrio en lo social y medioambiental. Máximo respeto a las palabras de cada uno, pero nosotros estamos a otra cosa". "Es curioso que que ellos hablen de deslealtad", se ha limitado a señalar Mertxe Aizpurúa, portavoz de EH Bildu.

En una línea similar han actuado los nacionalistas catalanes, si bien han cargado con más fuerza contra los pesos pesados del PSOE. Por un lado, Gabriel Rufián, portavoz de ERC, que se ha limitado a indicar que ya sabrá Sánchez "si prefiere pasar a la historia como Zapatero o como Felipe González". Más duro ha sido el mensaje de Puigdemont en redes sociales. "Hay políticos que cuando hablan suben el precio del pan, y otros que suben el precio de la cal viva. Por el momento, parece que ha habido un repunte en el interés español por el óxido de calcio...", ha dicho el exdirigente catalán.