El último 'Zutabe', difundido un mes antes de que ETA anunciara su disolución y
que ha sido publicado hoy por el diario Gara, fija en 758 el número de personas
asesinadas, "decenas menos que los listados del Ministerio del Interior o
la Fundación de Víctimas del Terrorismo que refieren 853 y 829 víctimas
mortales".
La banda terrorista
rechaza la autoría de "falsos atentados" como el "incendio del
hotel Corona de Aragón" -83 muertos en 1979- que, según dice, le
"achacan" la AVT y Covite y asegura que "las divergencias se
corresponden con la imputación a ETA de acciones cometidas por otras
organizaciones armadas -el caso de la niña Begoña Urroz en 1961- o bien
producto de la guerra sucia".
En este último boletín
previo a su disolución, ETA reconoce 2.606 "acciones armadas, dos más que
en su día no reivindicó": el asesinato de tres personas en Tolosa
(Guipúzcoa) en 1981, "al confundirlas con policías", y la
"explosión en una cafetería de la calle Correo de Madrid en 1974 en la que
perdieron la vida 13 personas".
En las cinco décadas de
actividad violenta ETA asume que cometió "365 atentados contra la Guardia
Civil" en los que asesinó a 186 miembros de este cuerpo; 215 contra
"cuerpos policiales españoles" en los que murieron 139 agentes; y 147
contra el Ejército, en los que perdieron la vida 101 militares, además de
"11 funcionarios civiles de la Armada".
En el texto, según
publica Gara, ETA describe su trayectoria criminal "desde una perspectiva
básicamente operativa", aunque incluye la declaración de "reconocimiento
del daño causado que emitió el pasado 8 de abril", en el que la banda
terrorista reconoce "la responsabilidad directa que ha adquirido en este
dolor" y manifiesta que "nada de todo ello debió producirse jamás o
que no debió prolongarse tanto en el tiempo".
ETA hace referencia a su
atentado más sanguinario, cometido en el hipermercado Hipercor en Barcelona el
19 de junio de 1987, en el que murieron 21 personas y 45 resultaron heridas, y
afirma que fue "el mayor error y desgracia" de su "accionar armado",
pero alega que "los responsables policiales y gubernamentales tomaron la
decisión de no desalojar el edificio".
Respecto a los
secuestros que califica de "motivación económica" llevados a cabo en
la década de los 90, asegura que "se convirtieron en el centro de una
fuerte confrontación" y considera que los de los empresarios José María
Aldaya (342 días) y Cosme Delcalux (232) "se prolongaron tanto por las
dificultades técnicas y operativas provocadas por la presión policial".
En su último boletín ETA
señala que en 2001 "se realizaron tres intentos de atentado contra el
presidente del Gobierno, José María Aznar, con la utilización de un misil
mientras estaba en vuelo".