En Sanxenxo no cabía ni una cámara más. Todos los focos estaban puestos en él, el emérito. Saludando con la mano, pero sin bajar la ventanilla del coche: así ha salido esta mañana Juan Carlos I con su anfitrión, el regatista Pedro Campos, directo a la competición. Pero la regata ha comenzado este sábado con retrasos por la lluvia.

El tiempo no ha acompañado y, aunque el Bribón sí que ha salido a navegar, el emérito se ha vuelto a casa de su amigo. Aunque se esperaba que esta tarde pudiera intentarlo, la fuerza ha llegado a los 20 nudos y finalmente la regata ha finalizado sin la participación del rey emérito. Aún sin la participación de Juan Carlos I por las condiciones meteorológicas, el Bribón 500 ha acabado en primer puesto la primera manga de la Copa del Rey de Vela.

En esta visita, la segunda desde su marcha a Abu Dabi, el exjefe de Estado trata de mantener un perfil bajo en comparación con el pasado año, fecha en la que se produjeron las polémicas declaraciones. "¿Explicaciones de qué?", respondió a las pregunta de unas periodista.

Su expectante vuelta tiene al pueblo pontevedrés dividido. Algunos a favor, como es el caso de Manuel Vázquez, de la tapería Albino. "Siempre da más negocio y más afluencia de gente", expresa a los micrófonos. "Me parece bien que venga, es su país", añade otro ciudadano. Pero también hay un sector en contra. "Veníamos de casualidad y nos vamos a ir", señala un transeúnte apenado. "Yo creo que es un circo", sostiene otro. Según fuentes oficiales, a este revuelo le queda poco tiempo.