"Si tuviera dignidad democrática solicitaría una cuestión de confianza, en la que pudiera retratar cuáles son sus apoyos", ha declarado Casado durante su intervención en el foro ABC-Deloitte, en el que ha estado acompañado por la presidenta del Congreso, Ana Pastor, el presidente del Senado, Pío García-Escudero, el presidente de la Comunidad de Madrid, Angel Garrido, el presidente de Murcia, Fernando López-Miras, y la presidenta del PP de la Comunidad Valenciana, Isabel Bonig, entre otros.

También le han arropado el secretario general de su partido, Teodoro García Egea, los vicesecretarios Javier Maroto y Andrea Levy; la presidenta del PP en la Comisión de Exteriores, María Dolores de Cospedal; los portavoces en el Congreso y el Senado, Dolors Montserrat e Ignacio Cosidó; y numerosos parlamentarios del Grupo Popular.

Tras asegurar que la "paciencia" de su partido se ha "agotado", el presidente del PP ha defendido que Sánchez acuda al Pleno de la Cámara Baja para hablar de "los problemas" de España, después de más de una semana de "estampida" por su gira por Canadá y Estados Unidos. Según ha dicho, debe explicar cómo pretende "embridar" el país.

En este punto, el líder del PP ha aconsejado al presidente del Gobierno a someterse a una "cuestión de confianza" -competencia que depende del propio presidente del Gobierno- para "retratar" sus apoyos en el Parlamento, después de que hace poco más de 100 días los "independentistas y batasunos" le dieran su respaldo para echar al Gobierno de Mariano Rajoy de la Moncloa.

Una vez más, Casado ha urgido a Sánchez a convocar ya elecciones generales "cuanto antes" porque España no se puede seguir "desangrando" ante un Gobierno socialista que "huye" y que es "rehén" de los "peores enemigos de la nación española". "El PP está listo para volver al Gobierno y estoy convencido de que los españoles cada día que pasa echan más de menos al Partido Popular", ha enfatizado.

Dicho esto, el presidente de los 'populares' ha señalado que el PP se presentará a los comicios con un programa sencillo, alejado de lo no "ininteligible", y "hablando claro a la gente". En su opinión, hay que volver a la "base", en línea con lo que hizo en su día el partido conservador que lideró Margaret Thatcher.