Neumáticos, redes de pesca, plástico. Los residuos son muchos y variados. La cofradía de Noia se moviliza a primera hora. Son unos doscientos para limpiar su lugar de trabajo.

Marisol Amado, presidenta de las Mariscadoras Cofradía Noia, señala que son 1.500 las familias que comen del marisqueo. Por ello se ha puesto en marcha este proyecto que se realiza tanto dentro del mar, recogiendo basura del fondo marino, como en tierra.

Se van a zonas donde se ha comprobado que hay una acumulación de basura importante, explica Luis Gómez, técnico de la fundación Cetmar. "Un día concreto en el que los mariscadores o pescadores van a limpiar esa zona", añade.

Después se clasifican los residuos recogidos. La Cofradía de Noia lleva en 2022 recogidos más de 10.000 kilos de basura en 15 kilómetros de costa peinados.

Son 122.000 objetos, la mayoría de ellos plásticos. Manuel González, alcalde de Concello de Outes, asegura que si se quiere conservar nuestra riqueza económica y empleo es necesario conservar nuestra ría.

Hay residuos con segunda vida. Las redeiras, mujeres que tejen las redes con las que se pesca, se han propuesto reutilizar redes ya inservibles. Se trata de un proyecto que nace por necesidad, reivindicando así su oficio poco reconocido. Así lo asegura Rosa Isabel Rodríguez, presidenta de la Asociación Redeiras Corme. Explica que no hay un relevo en la profesión porque tampoco tienen un sueldo fijo. "No podemos decir que tenemos trabajo siempre", afirma. Ahora crean con trozos de redes bolsos, mochilas o incluso sillas. Así, la presidenta de la asociación reconoce que todo lo que antes tiraban, ahora le dan una segunda vida.

Un mar limpio y darle otra vida a los residuos son dos de los ejes que el Parlamento Europeo reclama buscando un desarrollo sostenible de todas las actividades marítimas.