Cuatro buzos lograron entrar en la cafetería del barco y han tendido una cuerda de guía para explorar el interior de la nave en busca de supervivientes, a la espera de que a las 15.00 horas se desplieguen por completo las labores de rescate al mejorar las condiciones del mar.

De momento los datos oficiales contabilizan 179 rescatados con vida, 28 muertos confirmados y 268 desaparecidos, la mayoría jóvenes estudiantes de 16 y 17 años, que se presume están atrapados dentro del barco con escasas posibilidades de sobrevivir.

Cuatro grúas marinas y varios robots han sido enviados al punto del siniestro para ayudar a buscar a los desaparecidos, mientras los operarios han comenzado a inyectar oxígeno en la nave para evitar que se hunda del todo y proporcionar aire a posibles supervivientes que pudieran hallarse en su interior.

Las personas atrapadas podrían sobrevivir hasta 72 horas en caso de que se hubieran formado bolsas de aire dentro del transbordador, según aseguran expertos. En todo caso, las condiciones externas son muy adversas con fuertes vientos y olas, así como corrientes submarinas en unas aguas turbias que impiden casi completamente la visibilidad, lo que dificulta extremadamente los trabajos de los buzos y otros operarios.

Estas circunstancias, unidas al tiempo transcurrido, hacen temer que la cifra de fallecidos será muy elevada y reducen las posibilidades de encontrar supervivientes. Mientras, el capitán del barco, Lee Jun-seok, de 69 años, ha sido señalado como posible culpable tras revelarse que entregó el timón al tercer oficial poco antes del hundimiento, indicó la Fiscalía, que tras tomarle declaración se plantea solicitar su arresto para seguir el interrogatorio.

Se cree que el ferri varió la ruta marcada por el Gobierno y realizó un cambio de dirección brusco en lugar de girar de forma gradual, lo que habría desplazado la carga y provocado su vuelco, aunque esta hipótesis no está demostrada.

Además, algunos supervivientes aseguraron que el capitán fue de los primeros en ser evacuados desatendiendo a los pasajeros, algo que le podría costar hasta 5 años de cárcel según las leyes surcoreanas y que la Fiscalía también investigará.

Los familiares de las víctimas redactaron un comunicado en el que criticaron duramente al Gobierno, al que acusaron de no realizar suficientes esfuerzos, iniciar tarde el rescate y proporcionar datos erróneos durante las primeras doce horas tras el naufragio.

Los parientes de los afectados, concentrados en la localidad costera de Jindo, denunciaron que Seúl rehusó contratar a buzos privados para el rescate y que el número de barcos y aeronaves movilizados es menor del que anunciaron las autoridades, acusaciones que el Gobierno ha negado.