Miles de sandías tiradas por el suelo. En las imágenes que acompañan a estas líneas se puede observar -y entender con ellas- cómo ha sido el final de la campaña que los agricultores de Almería han descrito como "catastrófica" económicamente. Ahora son sus compañeros del levante quienes están preocupados por esta fruta y el melón. "Ya están para coger, pero con los precios que hay no cubrimos costes".
Así se ha expresado Juan Antonio Padilla, agricultor, en declaraciones a laSexta. Porque en Almería no salió a cuenta cultivar sandías y melones. Aseguran que los costes de producción son superiores al precio al que venden. "O te deshaces de la cosecha o haces de ONG", ha denunciado Juan Vicente Mompó, también agricultor, que ha explicado que está poniendo dinero de su bolsillo para sacar adelante el producto.
De hecho, en el campo almeriense denuncian que han tenido que vender sandías y melones a la mitad de lo que les ha costado cultivarlas, incluso aunque exista ya una ley de cadena alimentaria para impedirlo. "Estamos viendo que (esa ley) no sirve para nada, es totalmente ineficiente. Seguimos reivindicando que se haga una ley de cadena en condiciones que se pueda cumplir", ha explicado Luis Miguel Fernández, gerente de COEXPHAL.
Hay otro problema, el de la climatología. "Si no hay calor, no hay consumo. Y si no hay consumo, no sube el precio", ha sentenciado Juan Antonio Padilla. Los agricultores acusan a las grandes cadenas de tirar los precios, y detrás de esta crisis también están las importaciones de países extracomunitarios, donde los costes de producción son competitivamente desleales.
"Los precios están bajos porque han reventado los mercados. Se acumulan kilos", ha lamentado Juan Vicente Mompó. A esto se añade algo que apuntan los expertos: que nuestra oferta no está suficientemente organizada. "La superfície sembrada de sandía ha aumentado en España. No solamente nosotros hemos plantado sandía, también nuestros competidores", ha señalado Tomás García Azcárate, investigador del CSIC.
En este sentido, García Azcárate cree que, "si uno puede prever la demanda, lo que tiene que hacer es organizar la oferta". El sector exige que producir no les suponga la ruina. Y abrir ese melón, según han insistido, debe ser prioritario para las administraciones.
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