Lo sabían. Sabíamos que lo sabían. Pero ahora, por primera vez, se ha cuantificado hasta qué punto los científicos de la petrolera estadounidense Exxon tenían razón. Este estudiode la Universidad de Harvard para la revista 'Science', en colaboración con el Instituto alemán Potsdam, demuestra que sus proyecciones eran precisas y certeras. Concretamente, entre el 63% y el 83% de las proyecciones de calentamiento global coinciden con las temperaturas que se han observado posteriormente.

Este gráfico muestra la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera y el aumento de la temperatura

Los científicos de ExxonMobil aseguraron que la quema de combustibles fósiles provocaría un aumento de 0,2 grados centígrados por década.

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Durante años, los directivos de la compañía han negado que estos datos fueran ciertos.

El contexto. En el año 2015 explotó el escándalo. Un grupo de periodistas de investigación destaparon que Exxon sabía que sus productos podían contribuir al calentamiento global. Se lo llevaban advirtiendo científicos de la propia compañía desde la década de los 70. Sus análisis hablaban de "un impacto dramático sobre el medioambiente antes del año 2050". Los directivos recibieron, al menos, 16 proyecciones de aumento de temperatura relacionado con el incremento de las emisiones de CO2 desde 1977. El problema es que esos directivos hacían la vista gorda. Algunos ejemplos:

  • En 1996, Lee Raymond, consejero delegado de la compañía, aseguró que "el medioambiente ha empeorado en las últimas dos décadas, pero los datos prueban el punto de vista contrario. La evidencia científica sigue sin ser concluyente".
  • Su homólogo Rex Tillerson, en 2012, llegó a afirmar que las conclusiones de los modelos "no eran buenas" y que, de todas formas, "había otras prioridades".

Ahora, en boca del investigador principal Geoffrey Supran, se demuestra que "los propios datos de ExxonMobil contradecían sus declaraciones públicas, que incluían criticar los modelos climáticos y fingir ignorancia sobre cuándo el calentamiento global causado por el hombre sería medible". Para Fidel González, profesor de Ciencias Físicas de la Universidad Complutense de Madrid entrevistado por laSexta, sus palabras "generaron desinformación". Además, el de los científicos de Exxon "fue un papel bastante acertado" porque el conocimiento de que el aumento de la temperatura actual se debe a las actividades humanas "se desarrolla a partir de 1990 con los informes del IPCC".

El IPCC es el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU que tiene como objetivo proveer a la comunidad internacional de datos objetivos sobre el cambio climático, sus impactos y sus riesgos. En su primer informe, de 1990 apuntó a que:

  • Las emisiones provocadas por los seres humanos aumentan las concentraciones atmosféricas de gases que producen efecto de invernadero.
  • La temperatura media mundial aumentará 0,3 grados por década en este siglo.

Sí, pero... ¿En qué ha quedado todo esto? La compañía se ha visto inmersa en distintos procesos:

  • Juicios. Distintas ciudades y estados han demandado a Exxon por fraude al informar sobre el cambio climático. El caso más sonado fue el del Estado de Nueva York, que acabó perdiendo el juicio en 2019. Según el juez, no se demostró que la empresa engañara a sus inversores. Ese mismo año Tillerson comenzó a recular y ya sí admitía "que el riesgo climático existe y que las consecuencias pueden ser serias".
  • Acciones políticas. Hace tres años, el Parlamento Europeo celebró la primera audiencia para tratar la negación al cambio climático por parte de la empresa y, en 2019, el Congreso de los EE. UU. celebró distintas sesiones para abordar el problema. En ellas, participaron científicos que aseguraron haber advertido a la compañía.
  • Movilizaciones sociales. Son muchas las organizaciones que presionan para que se desinvierta en aquellas empresas de combustibles fósiles que, además, niegan el cambio climático. Un ejemplo, el de Greenpeace, que ha llegado a acusar a Exxon de financiar campañas que niegan el cambio climático con el objetivo de desinformar para mantener sus beneficios.

Los nuevos datos del informe de la Universidad de Harvard podrían traer consecuencias adicionales para la compañía.