La economía española corre el peligro de quedarse rezagada respecto de las principales economías avanzadas en la recuperación de la crisis provocada por la pandemia de COVID-19. Según datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), España vuelve a ofrecer síntomas de debilidad cuando, por el contrario, el conjunto de los países de la OCDE y de la eurozona experimenta un fortalecimiento de sus perspectivas.

La última lectura del índice compuesto de indicadores líderes (CLI), diseñado por la OCDE para anticipar puntos de inflexión en la actividad económica durante los siguientes seis a nueve meses, se situó en el caso de España en 93,72 puntos, frente a los 94,31 del mes anterior. De este modo, el índice adelantado de la OCDE retrocedió 0,63 puntos en comparación con el resultado de junio y se encuentra 7,09 puntos por debajo del nivel registrado en julio de 2019.

"Este mes, el CLI para España apunta a signos tentativos de desaceleración", ha explicado un portavoz de la organización, en contraste con el "fortalecimiento continuado" observado para el conjunto de la OCDE y de la zona euro.

El organismo ya señaló a España el pasado mes de junio como la economía más amenazada por el impacto de la pandemia, con una contracción estimada del PIB en 2020 de entre el 11,1% y el 14,4% en función de si se produce o no un rebrote del virus.

De este modo, las perspectivas para la evolución en los próximos meses de la economía española se desmarcan de las del conjunto de miembros del 'think tank' de los países desarrollados, cuyo indicador general ha mejorado hasta los 97,98 puntos desde los 97,04 del mes anterior, lo que equivale a un "fortalecimiento continuado".

En el caso de Alemania, Francia e Italia, las correspondientes lecturas del indicador CLI compuesto en julio han registrado mejoras respecto del mes precedente, elevándose a 98,85, 97,94 y 95,89 puntos, respectivamente, lo que supone un "fortalecimiento continuado" de la economía, en línea con la tendencia para conjunto de la OCDE.