Si el Gobierno consigue los apoyos necesarios y logra aprobar los Presupuestos en el Congreso, el gasto se tendrá que ajustar más de lo que estaba previsto en el momento en el que se diseñaron.
Pedro Sánchez aspiraba a un déficit del 1,8%, objetivo vetado por el PP en el Senado, por lo que tendrá que conformarse con la senda fiscal de Rajoy del 1,3% en unas cuentas que sí incluirán el impuesto al diésel, que "subirá en 3,8 céntimos".
Ese déficit impuesto del 1,3% significará 1.200 millones menos de gasto para el Estado y 2.400 millones menos para la Seguridad Social. El economista José Carlos Díez piensa que "los Presupuestos tienen muchas medidas de gasto y pocas de ingresos".
Sin ese dinero extra que se preveía hay que financiar la revalorización de las pensiones, el aumento del sueldo a los funcionarios o las medidas exigidas por Podemos como más gasto en dependencia o recuperación de subsidios. "Las medidas sociales aumentarán la renta de las familias y, por lo tanto, el consumo", afirma Nadia Calviño.
Y, ¿cómo espera financiarlo si la senda de déficit será más restrictiva de lo esperado? Pues porque el Gobierno pronostica una recaudación récord después de un 2018 fiscalmente inmejorable y también contando con los 5.400 millones que cree aportará la tasa google, la de transacciones financiera o el aumento de algunos tributos.
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