Con un acuerdo económico y con sus trabajadores reconociendo que son autónomos. Así ha esquivado Deliveroo su primer encontronazo con los tribunales españoles.

Pero en abril de 2018, la empresa, que en el último año generó más de 27 millones de euros en España, tendrá una nueva cita con la justicia. Se enfrenta al que podría ser su primer juicio en nuestro país si no llegan a un trato con Uriol y otros 14 repartidores en Barcelona, de los 1.000 que tienen en España. Denuncian que los explotan como falsos autónomos.

"Lo hacen para ahorrarse costes y los derechos laborales que tenga que cumplir la empresa", declara Oriol Alfambra, extrabajador de Deliveroo. Critican que la empresa les exige exclusividad, cobran por pedido y no tienen un horario fijo.

"Hace lo mismo que un trabajador, tiene las mismas condiciones y las mismas obligaciones sobre todo, pero los derechos no los tiene", añade David Hereñu, otro extrabajador de la empresa.

Pero Deliveroo niega cualquier explotación. Aseguran que los repartidores pueden trabajar cuando quieran, aunque sí que hay preferencia por los que hacen más pedidos. Deliveroo ofrece complementos económicos para épocas de mayor demanda.

Algunos repartidores ya proponen una solución a sus condiciones laborales: se quieren organizar en cooperativas, sin intermediación de las grandes plataformas. La empresa no se opone. Da la bienvenida a cualquier propuesta que haga evolucionar los nuevos modelos de mercado.

Una opción mientras los repartidores esperan el dictamen de la justicia: si tienen relación laboral con la empresa o no.