El dato, que el INE deberá confirmar el próximo 26 de noviembre, y que coincide con el adelantado por el Banco de España, supone que la economía española ha crecido durante nueve trimestres de manera ininterrumpida.

Sin embargo, rompe una racha de subidas trimestrales cada vez mayores, o al menos iguales, que se inició en el tercer trimestre de 2013, cuando el PIB español volvió al crecimiento. En comparación anual la subida ha sido del 3,4%, frente al 3,1% del segundo trimestre, el mayor ritmo desde que comenzó la crisis.

Según el último boletín del Banco de España, publicado el 30 de septiembre, en el tercer trimestre el crecimiento de la economía continuó apoyándose en la fortaleza de la demanda interna privada, aunque sus principales componentes, tales como el gasto de los hogares, tuvieron un avance menos intenso que entre abril y junio.

En cuanto al empleo, durante este trimestre estival habría atenuado su ritmo de expansión en mayor medida que la del PIB, lo que habría dado lugar a un pequeño repunte de la productividad.

También se interrumpió durante julio y agosto la trayectoria ascendente del indicador de confianza de los consumidores, ante las peores perspectivas de paro y evolución económica general.

De hecho, el propio Banco de España señala en su boletín que hay riesgos en el ámbito interno derivados de la incertidumbre acerca del curso que tomarán las políticas económicas tras las próximas elecciones generales y su posible incidencia sobre la evolución de la economía.