Novak Djokovic no ha empezado el año con buen pie. Fuera del Open de Australia, se quedó sin el grande número 25. Cayó en semifinales con el joven Jannik Sinner, que volvió a demostrar que está preparado para las grandes noches.

Y la pregunta en sala de prensa era inevitable: ¿Puede ser el inicio del fin del tenista más laureado de la historia? Y Nole, de manera sorprendente, reconocía que "no lo sabía".

"No lo sé. Todavía tengo grandes esperanzas en otros Grand Slams y en los Juegos Olímpicos. Esto es solo el inicio de la temporada y no es la sensación a la que estoy acostumbrado porque la gran mayoría de mis temporadas han empezado con una victoria en Australia", dijo el todavía número 1 del mundo del tenis.

"Esta vez es un poco diferente, pero es lo que es. No he estado a mi nivel, pero eso no significa necesariamente que sea el principio del fin. Veamos que pasa el resto de la temporada", explica el tenista serbio.

Reconoce que Melbourne no ha sido su mejor puesta en escena: "Durante todo el torneo no he estado ni cerca de mi mejor nivel. Quizá el partido contra Mannarino fue genial, pero la mayoría de los partidos no he estado nada bien. No he jugado a la altura del nivel que suelo dar en Australia".

"Evidentemente me sorprendió mi nivel de hoy porque no lo esperaba tan malo como en los dos primeros sets, aunque no me sentí yo mismo en la pista. Por todo esto se puede decir que las semifinales son un buen resultado, pero yo siempre espero lo mejor de mí mismo y no estaba destinado a darse hoy", ha sentenciado.