Tiger Woods se ha dejado ver en un campo de golf. El Tigre estuvo en la víspera del PNC Championship, un torneo por parejas en el que un familiar acompaña a un jugador y en el que participa su hijo Charlie, de 12 años.

El de Orlando, que sufrió un durísimo accidente de tráfico en el que casi pierde la vida, se ve muy lejos de volver a jugar un gran torneo cuando, para los desplazamientos en el campo de golf, necesitó la ayuda de un buggy.

"No voy a usarlos jamás en un torneo del PGA. Si llegase el ofrecimiento, lo rechazaría. Si no puedo, no puedo", afirma.

Woods reconoce que le falta mucho: "Estoy muy lejos del nivel que requiere un torneo del PGA. No tengo resistencia. Ni podría caminar en un campo tan plano como este".

"Bastante tengo con poder decir que tengo la pierna", dice Tiger Woods.

El golfista insiste: "No puedo pegarle muy lejos. No puedo imprimir esa velocidad. Llegará el momento en que pueda hacerlo, pero no ahora".

Mientras, llega su hijo Charlie: "Tiene una velocidad de palo que yo no tenía. Posiblemente yo era más alto a su edad, pero también más delgado. Ha mimetizado mis gestos, y yo no soy su entrenador, soy su padre. Los estudios son lo primero".