Álex Palou está a punto de convertirse en bicampeón de la IndyCar. Después de lograr su primer campeonato en 2021 y en medio de la polémica por su desvinculación de McLaren, el barcelonés podría llevarse el título en la próxima carrera, el Gran Premio de Illinois, el próximo 27 de agosto.

Tras lograr este fin de semana la séptima posición en Indianápolis y ampliar su liderato, Palou lo tiene todo de cara. A falta de tres carreras, aventaja en 101 puntos a su principal rival, su compañero de equipo Scott Dixon, y en 105 a Josef Newgarden, que ayer tiró por tierra buena parte de sus opciones al sufrir un accidente en la primera vuelta.

El neozelandés Scott McLaughlin y el mexicano Patricio O'Ward también tienen posibilidades matemáticas, aunque son prácticamente residuales, ya que están a 144 y 151 puntos respectivamente, faltando 162 en juego.

En cada carrera se puede obtener un máximo de 54 puntos. Siendo los 50 primeros por la victoria, uno por la 'pole position', otro por liderar alguna vuelta de carrera y otro por ser el piloto que más vueltas ha estado al frente.

Para asegurarse el campeonato de forma matemática, Palou necesita ampliar su ventaja hasta las 109 unidades. Por lo tanto, si gana se proclamará campeón de forma automática. Pero no es la única combinación que le sirve. También le valdría con ser segundo siempre que acabe por delante de Dixon y logre alguno de esos bonus.

El fantasma de los óvalos

Quizá el mayor temor de Palou es que el GP de Illinois se corre en un circuito oval, y estos no son su mayor punto fuerte. De hecho, son el único tipo de circuito en el que aún no ha ganado en la IndyCar, aunque ha rozado la victoria en varias ocasiones, entre ellas, en las 500 Millas de Indianápolis de 2022.

En cualquier caso, si no consiguiese cerrar el título, el principal objetivo sería minimizar daños, ya que las dos últimas carreras se disputan en un circuito urbano y uno permanente, es decir, en dos trazados hechos a medida de Álex Palou.