Los focos no se alejan de Álex Palou. En las últimas horas, el piloto español ha sido protagonista de una de las grandes polémicas del año en el mundo del motor al romper el contrato que le vinculaba con McLaren de cara a 2024. Sin embargo, el de Sant Antoni de Vilamajor también es protagonista en el plano deportivo.

Palou afrontaba hoy una reválida clave para poder ser bicampeón de la IndyCar y la ha superado con creces. Tras sufrir el viernes en la clasificación, Palou salía desde la novena posición, en medio del grupo con el miedo de verse envuelto en accidentes en la salida.

Los temores se confirmaron y en la primera vuelta, el español se tocó con Marcus Armstrong. El coche de Palou no sufrió ningún daño, pero el neozelandés trompeó y se quedó en el medio de la pista, siendo embestido por Josef Newgarden, el principal rival de Álex en la pelea por el título.

Newgarden pudo continuar en pista, pero su coche sufrió importantes daños que le obligaron a pasar por boxes, dejándole sin opciones de recortar la ventaja del barcelonés. De esta forma se quedaba un panorama soñado par Palou, que sabía que el objetivo era conseguir el máximo de puntos posibles sin asumir grandes riesgos.

Aun así, estuvo a punto de ver cómo su carrera se acababa al tocarse con De Francesco en la pelea por la sexta posición, pero salió airoso y ganó el duelo. A partir de ese momento, se centró en mantenerse alejado de sus rivales y asegurar un buen puñado de puntos que le deja aún más líder del campeonato.

En las últimas vueltas fue atacado por Will Power, y Palou, que no quería problemas, le permitió pasar para cruzar la línea de meta en una séptima posición que le deja con más de 100 puntos de ventaja sobre sus dos principales rivales: Scott Dixon y un Josef Newgarden que aparece en escena tras vencer en Indianápolis.

Quedando tan solo 162 puntos en juego, Álex Palou podría ser campeón en el Gran Premio de Illinois, dentro de dos semanas, si acaba por delante de Dixon y Newgarden.