Dani Pedrosa y Jorge Lorenzo. Motos y solo motos, en abierto, por cierto. Parece que fue ayer cuando el mallorquín no soltaba el acelerador de aquella Derbi verde que con 15 años le permitía hacer diabluras por todos los circuitos del campeonato del mundo. Por delante iba Pedrosa, con un estilo más depurado y el cartel de favorito ganando antes los mundiales que Jorge iba reeditando después. Eran motos, solo motos: Dani y Jorge sonreían, se enfadaban y volvían a saludarse. Unos pioneros de todo antes de que las teles se apagasen.

El mundo de Rossi

Y por encima de todos, como siempre, esperaba en la categoría reina Valentino Rossi. Solo Crivillé alzó un mundial 'español' dos años A.D.(antes de Il Dottore), y solo Sete Gibernau entró en los inexpugnables dominios del italiano con carreras 'satélite' apasionantes que levantaron a todo un país.

Pero lo que son las cosas, con los oasis de Stoner y Hayden por el camino, tuvo que ser Jorge y no Dani el primer español que profanara el trono de Rossi en su propia casa, Yamaha, antes de levantar un muro entre ambos. Jorge frenaba mejor que Gibernau, tenía más coraje que Pedrosa, y aunque nunca calcó la trazada del catalán, con su anarquía y su locura conquistó los mundiales que a Dani siempre le faltaron, inventándose una isla en el archipiélago de Valentino a base de no soltar el acelerador: Lorenzo's Land.

La sombra de Márquez

Pero dos mundiales de MotoGP después, llegó alguien de otro planeta para poner patas arriba el orden del motociclismo mundial. Alguien que vino para retirar a Pedrosa y a Lorenzo a los 32 años. Alguien inexplicable, que protagoniza contra Valentino Rossi la guerra de los mundos desde hace tiempo, y alguien, que si bien se llama Marc Márquez y ha ahogado a su gran rival español invitándole a correr en su casa, nunca podrá olvidar que el único mundial de la máxima categoría que no ha ganado desde que está ahí fue porque lo ganó Jorge Lorenzo.

Pero el martillo se cansó de dar gas... y entonces nosotros decimos que por estos años, ahora y siempre: Gracias, Giorgio.