Marc Márquez volvió a competir esta temporada con un rendimiento alto, pero la Honda no estaba preparada para grandes fiestas. De hecho, el equipo terminó último en la clasificación de fabricantes. Muy lejos del objetivo que siempre mantienen: ser los más rápidos.
Parece que los primeros pasos que se han dado para la moto del año que viene tampoco son muy esperanzadores. Se quejó Márquez, aunque en la fábrica le han prometido una moto prácticamente nueva para los próximos test y para el inicio del campeonato.
En un acto publicitario celebrado este miércoles ha hablado sobre los objetivos: "La obligación es luchar por el Mundial y estoy en ello. En enero, a trabajar todo en conjunto para llegar yo a mi máximo. En pretemporada, veremos...".
"Siempre exiges el máximo a tu equipo y a tu marca. El test de Valencia no fue como esperaba. Estuve en Japón y hubo muchas reuniones, la intención está. En febrero traerán cosas en los test. Confío en Honda, en mi equiipo, sobre todo, es maravilloso", detalla el ocho veces campeón de motociclismo.
Él sí ha notado que "está la velocidad", pero no se conforma con ello: "Mi tranquilidad es que cuando he vuelto de la lesión, vi que la velocidad está, pero no me vale con la velocidad, quiero ganar. Cuanto más te ayude la máquina, más fácil será".
Sobre la parrilla, por fin los jóvenes pilotos han dado un golpe encima de la mesa: "Vienen pilotos jóvenes y te tienes que reinventar. Una cosa es ser políticamente correcto, pero en pista todo el mundo quiere ganar y en el cajón sólo cabe uno. Te tienes que buscar la vida para ganar".
Márquez siempre es exigente. Consigo mismo y con el equipo. Por ello se espera que en 2023 las dos partes sean competitivas y vuelvan a estar en lo más alto de la parrilla de MotoGP.