Ni Marc Márquez se lo podía creer. La jornada de entrenamientos en Valencia ha dejado claro que el español está más que preparado siempre que le den una moto competitiva. Y la Gresini (Ducati) ha quedado claro que lo es.

A falta de una hora y media para que terminara la sesión, Márquez se colocó líder dos décimas más rápido que Augusto Fernández. Un auténtico tiempazo.

Y al cruzar la línea de meta ni él se lo podía creer. Su gesto con la mano lo decía todo. También las caras en el box de Gresini.

Comienza una nueva era en MotoGP y parece claro que Márquez estará en cabeza para luchar por victorias con su nueva moto. Las pesadillas con Honda han quedado atrás.