Momento surrealista el que se vivió este sábado en la tercera división inglesa. El Portsmouth se enfrentaba al Cheltelham Town en la cuarta jornada del campeonato en el que estaba llamado a ser uno de los partidos de la jornada, ya que los locales llegaban peleando por el liderato. El partido pasará a la historia, pero no por la calidad del juego.

El encuentro transcurría con normalidad hasta que, en el minuto 37, uno de los jueces de línea de lesionaba. El cuarto árbitro tuvo que sustituirle y el partido se reanudó, pero al inicio de la segunda parte, este también cayó lesionado.

Ante esa inusual situación, el colegiado principal se veía obligado a suspender el partido si no encontraba un recambio para su linier. Pero buscó una solución inédita, aunque permitida por el reglamento en casos de emergencia.

Ordenó al delegado de campo que buscase un árbitro en la grada y este lo anunció por megafonía. Un aficionado que tenía el título se ofreció y saltó al terreno de juego.

El partido se reanudó y pudo disputarse con normalidad, y aunque acabó sin goles, pasará a la historia gracias a uno de los momentos más dantescos que se han vivido recientemente en un campo de fútbol.