La vida de Quique Setién ha dejado de ser pública desde el cese de su último cargo como entrenador del primer equipo del Fútbol Club Barcelona. Por el momento, no encuentra un banquillo apetecible ni las ofertas son económicamente suculentas para aceptarlas, según ha comentado en declaraciones a 'Jot Down'. Mientras ha aceptado contar cómo fue esa última experiencia.
"Nunca he vivido un vestuario así, ni en la selección ni en el Atlético de Madrid. Era otra cosa. Y eso sí que me ha provocado un shock. Hay muchas cosas que es imposible que puedas controlar. Te encuentras un vestuario que no es feliz. Es que lo que yo me encuentro ahí, ya te digo, no me lo he encontrado en cuarenta años que llevo metido en el fútbol", asegura el técnico.
Setién formó parte de ese proyecto junto a su segundo, Eder Sarabia, y explica también cómo surgió esa relación: "Cuando estuve en Lugo, me mandaba comentarios por correo sobre aspectos tácticos muy interesantes. Le dije que a lo mejor un día le llevaba conmigo de segundo. Cuando me fui al Las Palmas no me podía llevar al segundo del Lugo porque era un chaval de allí, que tenía allí su familia, sus cosas... así que llamé a Eder".
Uno de los hechos que marcó la continuidad de ambos fue el Clásico en el Santiago Bernabéu: "Me puedes echar porque perdemos 2-0 en el Bernabéu, pero es que tenemos tres manos a mano con el portero y los fallamos. Y el Madrid va y mete un gol que le pega Vinicius con no sé qué, rebota en la pierna de Piqué y le pasa por encima al portero, que la tenía parada. Ante eso, no hay nada que hacer".
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Además del resultado, el partido dejó la imagen de crispación de Sarabia que fue demoledora para el futuro de ambos. "Yo me cabreo mucho con él ese día porque ya le tenía advertido de que tenía que controlar los modales. Lo que pasa es que es un chaval al que quiero mucho y que aporta muchas cosas que son muy válidas y se lo aguantas", confiesa.
Ese momento, junto al escándalo en el tiempo de hidratación en Balaídos,el 2-8 en Champions frente al Bayern y perder el campeonato ante el Real Madrid fueron los detonantes de la separación entre plantilla y cuerpo técnico, aunque para Setién lo último tiene una explicación: "Perdemos la liga porque al Madrid le pitan seis penaltis y nosotros entramos en una fase jodida porque hay muchos problemas allí dentro".
Las destituciones llegaron a final de temporada, a pesar de que sendos contratos no finalizaban hasta la siguiente temporada. El club dirigido por Josep María Bartomeu prefirió hacerse cargo del finiquito antes que mantenerlos en el puesto, pero, a día de hoy, ni una ni otra.
"Después de las elecciones, les di un mes y llamé por teléfono a Carlos Naval para que le dijera al presidente que quería hablar con él. Al día siguiente, me llamó el vicepresidente y le dije que, si querían entrar en una negociación antes del juicio, yo estaba dispuesto a negociar no ya el dinero sino los plazos. Me estuvo intentando volver a convencer de que les perdonara el dinero y volví a decir que no. Me dijo: "Bueno, mañana te paso una oferta". Y hasta hoy. Han pasado dos meses", asegura Setién.
En la entrevista, también habla del entrenador al que sustituyó en el Barça, Luis Enrique, y los "palos" que se ha llevado durante la Eurocopa por no llevarse bien con la prensa: "El concepto de juego, quizá, no lleva la esencia del Barcelona de Cruyff o de Guardiola, pero sí ha seguido una serie de pautas que un poco seguimos todos: tratar de conservar el balón, tratar de recuperarlo lo antes posible, ser un equipo valiente y asegurarse de que los jugadores entiendan el juego".
Tampoco se ha olvidado de halagar la figura de Leo Messi tras la consecución de la Copa América diciendo que para él "es el mejor jugador de todos los tiempos" que él haya visto. "Estaba deseando que jugara el Barcelona para encender la televisión y verle jugar", dice rindiéndose ante el que fue su jugador.