Serios problemas para Pepe. El exjugador del Real Madrid, nunca exento de polémicas y controversias, ha sido acusado de haber escondido una bala lanzada al terreno de juego en el Estadio Do Dragao, durante el partido que enfrentaba a los dos primeros clasificados de la liga portuguesa, Oporto y Sporting de Portugal.
Además, el actual futbolista del conjunto portuense se enfrenta a una posible sanción de entre dos meses y dos años por una agresión. La realidad es que el defensa se ha metido en serios problemas por su actitud y comportamiento sobre el césped.
El partido entre Oporto y Sporting fue un encuentro de altas tensiones, una tangana entre varios futbolistas y parte del cuerpo técnico de ambos equipos se saldó con cuatro expulsados, uno de ellos Pepe, que perdió los papeles tras realizar una brutal entrada a un rival.
LOCURA TOTAL en el final del partido entre Porto y Sporting de Lisboa! 🇵🇹pic.twitter.com/NolUv3ksIJ
— Fodboldworld (@fodboldword) February 11, 2022
Según 'A Bola', ya se están investigando los hechos que incluyen a Pepe como protagonista de haber escondido una bala y haber agredido voluntariamente al director de relaciones internacionales del Sporting, Hugo Viana.
"El central del Oporto, cerca del área del Sporting, habría intentado esconder un objeto que, según el informe del delegado de la Liga, podría ser una bala", publica el medio portugués.
"En las imágenes de televisión es visible que los jugadores del Sporting se dieron cuenta de la gravedad del hecho. El informe del delegado de la liga menciona una bala que fue atrapada por Pepe en el terreno de juego. Los jugadores del Sporting se dieron cuenta y exigieron al central que mostrara el objeto al árbitro, que se lo quedó. La bala fue finalmente entregada por el árbitro al delegado de la liga", indican.
Considerado "parte activa"
La UCO sostiene que Piqué fue "parte activa" en el contrato de la RFEF de Rubiales con Arabia Saudí para la Supercopa
El contexto Según el informe de la UCO al que ha tenido acceso laSexta, los investigadores atribuyen al exjugador un papel más relevante del que se creía en la adjudicación del contrato de la Supercopa de España.