Otra tarde mágica para el Atlético en el Metropolitano. Otra tarde que, como esos duelos míticos del Vicente Calderón, le costará olvidar tanto a la hinchada como a los jugadores rojiblancos. Llegaba el Athletic al Wanda, en un duelo mítico de LaLiga, y madrileños y vascos firmaron un encuentro para el recuerdo que terminó 3-2 en un final épico. Godín, cojo, marcó el tanto de la remontada con la inestimable aportación del VAR.
Y es que sufrieron, y mucho, los pupilos del Cholo. No porque jugaran mal, sino porque el Athletic sabía qué tenía que hacer y lo que hizo lo hizo sin duda a la perfección. Con un gran trabajo de contención, los vascos buscaban la chispa y la velocidad de Iñaki Williams ante una defensa con Godín tocado y con Montero, de la cantera, en su eje central. Y aunque fueron los locales los que dominaban y tenían ocasiones, pocas, fueron los de Berizzo quienes se adelantaron.
Lo hicieron gracias a su '9' en el Metropolitano. Le ganó la espalda Susaeta a Filipe, San José remató, y aunque su tiro terminó siendo repelido entre Oblak y el palo, Williams estuvo atento para mandar a la red un balón muerto en la línea de gol. El Atlético siguió intentándolo, pero Griezmann no estaba fino y Diego Costa continuó en su línea en LaLiga.
Se fue al banquillo en el descanso, y con razón. Salió Vitolo. Enchufado el canario. Y el empuje del Atlético comenzó a hacer recular al Athletic. Entró Gelson por Montero, y Saúl, el multiusos que cualquier entrenador querría tener, se fue con Godín a la zaga. Al final, marcó Thomas el empate con un trallazo desde fuera del área... pero la alegría duró poco pues acto seguido Williams hizo el 1-2 tras ganarle una carrera al central uruguayo, que además terminó lesionado.
Siguió en el campo eso sí, y al final resultó clave su presencia de '9' en el ataque del Atlético. Con todos arriba, el empate a dos llegó en un saque de esquina botado por Thomas. Cabeceó a la red Rodrigo, en un remate imposible de parar para Herrerín, y el Athletic empezó a sentir el ambiente del Metropolitano. Muchas bajas tenían los del Cholo, pero la afición hizo de jugador número 12 y a buen seguro que empujó la pelota que terminó resultando el 3-2.
Fue a balón parado. Kalinic le ganó a su par, Griezmann la puso inmejorable y Godín remató a gol. Anulado, al menos en un primer momento. El VAR, bendito VAR, de nuevo fue clave en una acción vital. Fuera de juego inexistente, y no precisamente por poco, que señalaron entre el línea y el árbitro, y que corrigió el vídeo. La grada lo celebró como si de un título fuese. Y los jugadores, sabedores del sufrimiento, lo festejaron como se merecía.
Un partidazo el que se vivió en el Metropolitano. De esos de coraje, de garra y de pasión. De los que no sabes cómo van a terminar hasta que terminan. Que ni te permiten pestañear para no perderte nada. Al fin y al cabo, se enfrentaron dos grandes de nuestro fútbol... aunque uno de ellos, el Athletic, puede terminar la jornada en descenso. El Atlético, a la estela del Barcelona en la lucha por LaLiga.