La campeona del mundo se va sin premio de los Juegos Olímpicos. Sin oro. Sin plata. Sin bronce. España, después de esa dolorosísima derrota frente a Brasil en semifinales, tampoco pudo derrotar a Alemania en Lyon en esa última opción que las de Montse Tomé tenían para celebrar metal en París 2024.
Ocho veces. Ocho. Ocho ocasiones se han enfrentado. Cero victorias para España. Cero en todos esos enfrentamientos frente a Alemania. Pero algo podía, algo debía, ser diferente en Lyon. Porque esta España es mejor. Porque, además, la lección estaba aprendida tras lo de Brasil.
O debía estar aprendida. Porque todavía queda. Sí, cierto eso. Cierto es que la Selección fue de menos a más en un primer acto en el que borró a Alemania del verde conforme pasaban los minutos. Cierto es que hubo dos disparos a la madera. Pero también cierto es que, de nuevo, hubo un error individual.
Salida de Cata Coll... y penalti
Uno que en partidos de esta exigencia se pagan caro. Porque son de los que se deciden por detalles. Porque todo cuenta. En un balón largo, Cata Coll salió con demasiado ímpetu y se llevó por delante a la delantera de Alemania. Penalti.
Y gol. Gol porque no Gwinn no falló. Las germanas, por delante. Por delante eso sí, con mucho tiempo para soñar con la remontada de la Selección. Lo de Colombia lo demostró. Y casi. Por poco. Porque España fue mejor. Porque tuvo ocasiones. Porque Jenni se quedó cerca de anotar y Alexia tuvo una más que clara.
Tan clara como que fue en un lanzamiento de penalti. En el minuto 97. No quedaba más. No había otra opción. Era la última. Iba a lanzar Mariona, pero la del Barça tomó la inmensa responsabilidad. No engañó a Berger, y ahí se esfumó toda opción posible.
Toca volver a levantarse
Final del partido y lágrimas. Por cómo había sido todo. Porque no debió ser así. Porque ante Brasil sí, sin duda fue merecido... pero ante Alemania no. Bajón para una Selección, para unas campeonas del mundo, que ahora tienen una misión clara. Toca volver a levantarse.